Bienvenidos a este espacio: un lugar de reflexión y opinión pública...

¡Hola!, les doy la más cordial bienvenida a este espacio que también es su espacio. Espero que crezca conforme el paso del tiempo y claro con sus comentarios, sugerencias, acuerdos y desacuerdos.
Aquí encontraran de todo un poco... tanto reflexiones, posturas, entre sentimientos y poemas, así como temas que le interesan a mi materia.
Les invito a comentar, a expresarse, a dialogar ya que hay que hacer de este espacio ¡un lugar de reflexión y opinión pública!... así que lo único que no se admite, son los personajes "sin nombre" por lo menos con un pseudonimo ya que todos tenemos identidad y existimos en este planeta.
Sean pues, BIENVENIDOS A ESTE ESPACIO QUE ES SU ESPACIO...
¡Saludos a todos!

viernes, 11 de octubre de 2013

¿Filosofía en la primaria y secundaria?:Publicación para el debate en el Observatorio Filosófico de México

Hola a tod@s. Les comento que participé con una colaboración para el Observatorio Filosófico de México en aportar ideas sobre el debate que actualmente se está dando en el Senado de la República, sobre la enseñanza de la filosofía en primaria y secundaria. Son aportes que he venido investigando desde hace un año, aproximadamente, y que pienso pueden aportar elementos para construir una propuesta concreta. El texto lo titulé: "¿Qué papel puede fungir la enseñanza de la filosofía en la Educación Básica?: Apuntes del por y para qué enseñar a filosofar"

Espero lo puedan comentar :)

Saludos.



domingo, 17 de marzo de 2013

La Educación Popular Cubana: ¿Podría pensarse un modelo similar para México?


Hola a todos:

Les dejo este trabajo que nació gracias al curso del semestre 2013-1 que impartió el Dr. Horacio Cerutti Guldberg y la Mtra. Sandra Escutia Díaz. Fue presentado para aprobar el curso, el cual lo hice satisfactoriamente. De ahí que lo presenté en el Primer Encuentro de estudiantes y pasantes de Filosofía CONEFI-UNAM "Construcción y Ruptura: manifestaciones del pensamiento" en la segunda mesa de Filosofía de la Educación. Al parecer el texto, dentro de la mesa, fue sumamente polémico, cuestión que me deja muy contenta. Si tienen algún comentario siéntanse en confianza en hacerlo. Dejo mi correo: strellina.p8.filos@gmail.com (todo en letras minúsculas) Además de que si desean conocer el texto, que comento en la ponencia, para profundizar en él se los puedo mandar por correo, así que también escríbanme.


Saludos a todos

La Educación Popular Cubana: ¿Podría pensarse un modelo similar para México?     
Introducción
El presente texto pretende reflexionar sobre la Educación Popular que se lleva a cabo en el contexto cubano y, por ende, pensar si éste puede aplicarse a un contexto como el mexicano, para hacer que la sociedad se sienta integrada en su mismo país, pueda pensar qué es lo que realmente sucede y ser parte del proceso que busca hacer una evolución en el Estado mexicano. Para ello, en primer lugar desarrollaré qué es la Educación Popular cubana, después indagaré en qué implicaciones tendría y, por último, qué nos propondría y  qué retos tendríamos que enfrentar.
I.                   La Educación Popular en Cuba
En primer término tendríamos que decir ¿qué es la Educación Popular en Cuba? El texto Poder vivir en Cuba nos plantea que “es una concepción político-pedagógica de la vida. Sus principios -que enfatizan la construcción colectiva, las relaciones horizontales, la coherencia entre los contenidos y métodos, la relación dialéctica y respetuosa entre educador y educando para producir un aprendizaje mutuo, el ejercicio de la crítica como instrumento liberador, el sentido político de las relaciones sociales- la convierten en una propuesta política liberadora.”[1] Las relaciones horizontales pienso que se refieren a un modo de educación social que promueve un vínculo: individuo-grupo-Estado. Con esto me refiero a que en tanto el individuo es consciente de que pertenece a un grupo llamado sociedad, puede incidir en la cuestión Estatal a partir de la generación de una conciencia inclusiva para la participación activa en el Estado.[2] Por ello es de notar que el desarrollo del Ciclo-Taller se llevó bajo esta propuesta para crear un diálogo incluyente de la visión de Cuba a sus cincuenta años de triunfo revolucionario, que aún no está exento de cosas por corregir. 
Es evidente que a lo largo del texto se habla de los puntos medulares que, a mi forma de percibir, conciben la noción de Educación Popular, pues desde la creación del Ciclo-Taller se tiene como objetivo: formar conciencia de lo que fue la Revolución Cubana y lo que es a sus cincuenta años de triunfo, hasta el método que fue utilizado para ello: el diálogo permanente entre una parte de la sociedad, joven y veterana, que tuvo un papel de incidencia reflexiva entre los que vivieron el proceso y los que nacieron dentro del mismo.
De aquí, podemos decir que los puntos constitutivos de la Educación Popular van desde: el diálogo social, atravesando por la generación de conciencias, guiándose a partir de la génesis de la participación política ciudadana para la búsqueda de una apropiación que sustente esos ideales democráticos del ejercicio de la misma, estableciendo una educación por medio de una comunicación cívica sustentada por el respeto, el debate público y la acción social para encontrar la nación inclusiva que forme el cuerpo de la ciudadanía “a partir del seno del cual la libertad de cada cual es condición fundamental para valorar la libertad de todos”[3].  
En general este texto me gustó mucho. Sin duda puedo decir que la Educación Popular que se propone y que se lleva como proyecto itinerante desde de la década de los 80’s, reflejada en el Ciclo-Taller, puede incidir en que la sociedad se sienta parte de su Estado y posibilita a que, de manera crítica e informada, se ejerza el pensar sobre aciertos, errores, carencias y virtudes de las situaciones que se están viviendo a raíz del triunfo revolucionario, el cubano, y también hacer conciencia de que este movimiento que inicio hace cincuenta años se sigue construyendo de manera activa mediante sus propuestas y reflexiones. La verdad me entusiasmó a tal punto de pensar la realización un trabajo de éste tipo en nuestro país, pero ¿qué implicaciones tendría hacerlo?
II.                ¿Qué implicaría un modelo de Educación Popular en la sociedad mexicana?
Tenemos que advertir que podemos encontrarnos con visiones conformistas y de no familiarización hasta con nuestro mismo país. ¿De dónde viene esta cuestión de conformismo y no familiarización? Me puse a pensar en esta situación lo cual me llevó a buscar los factores que inciden en esta visión de la sociedad mexicana. La primera, a mi forma de ver, es la cuestión del forjamiento de la ideología a partir de la educación formal y la segunda corresponde a una especie negativa de “educación popular”, la que concibo como una educación en base a la incomprensión y desinformación cada vez más acentuada de nuestra cultura, fomentada por los medios de comunicación.
Empecemos a indagar sobre posibles “preguntas malditas”. ¿Qué es la ideología?, ¿cómo concibo la ideología? Retomando la tercera parte del texto México los rostros de un Leviatán, el Dr. Piñón dice que ésta es “la transmisión de los intereses del presente histórico[4] entendiendo, por  éste, la narración de la historia que nos es transmitida por el lenguaje y el entorno social y, a su vez,  “configura nuestra determinada y específica cultura: arte, religión, filosofía”[5], es decir, configura una visión y concepción del mundo. También, en este mismo sentido, Adolfo Sánchez Vázquez tiene una concepción de lo que es la ideología. Nos dice que “es un conjunto de ideas acerca del mundo y de la sociedad que responde a intereses, aspiraciones o ideales de una clase social en un contexto social dado y que guía y justifica un comportamiento práctico de los hombres acorde con esos intereses, aspiraciones o ideales”[6]. En ambos sentidos se está aludiendo a una definición que tiene que ver con “[…] su relación con los intereses de una clase social, no por su relación con el conocimiento”[7]. A partir de esto, podemos decir que la ideología es el instrumento que el gobierno tiene para infundir sus intereses. Siguiendo todo lo anterior, nos encamina para pensar qué se está haciendo en la educación formal mexicana y en la “educación popular” concebida de forma negativa para el fortalecimiento de dichos intereses.
En la educación formal lo que se pretende es legitimar una ideología que corresponda con el proyecto político que se encabeza para generar una “civilidad”. Es decir, que la educación se vuelve un instrumento legitimador de las ideas que el sexenio quiera que creamos y que nos guiemos para generar nuestro comportamiento. En este sentido, podríamos decir que al gobierno no le conviene crear ciudadanos críticos, informados, activos, inconformes, sino que todo lo contrario. Por lo que la ideología que implantan es antagónica a lo que un ciudadano debería tener para ejercer su uso pleno de libertad de conciencia y de pensamiento. Siguiendo este mismo tono, la educación formal instruye la ideología “oficial” a partir de la manipulación de la materia más importante de todas, en el aspecto social de nuestro país: la historia. Pues existe un gran ejercicio de monumentalidad de ésta. Me refiero a la idea de historia monumental que nos explica Nietzsche en su texto Sobre la utilidad y los perjuicios de la historia para la vida en el cual dice que: es la que persigue un objetivo en tanto que el ser es activo. Es la inscripción en y para la memoria colectiva. Evoca sucesos pasados que fueron positivos en la Historia, tener un incentivo del mismo, para traerlo al presente. Son, pues, los máximos momentos de la Historia “idealizados” como un modelo de aspiración y de impulso para la humanidad. Ésta “huye de la resignación y utiliza la historia como remedio contra ella.”[8]  Propone que lo grande debe ser eterno, lo que suscita, dice Nietzsche, la más terrible de las luchas. Por lo que se recurre a ésta “cuando un hombre, que desea realizar algo grande [y] tiene la necesidad del pasado, se apropia de él mediante la historia monumental.”[9]
Por su parte, “la educación popular” que se da en México, y la cual concibo de manera negativa, es la que termina de confirmar la ideología que se fomenta en la educación formal. Me refiero a que todo lo que es relativo al pueblo de México se basa en cuestiones de desinformación desde nuestra cultura hasta de las cuestiones referentes a la situación real del Estado. Además del fomento que se le da de otras “ideas culturales” que no nos pertenecen y para ellas sí hay una amplia difusión. Y sumémosle también, el trabajo de los medios de comunicación y su vínculo con la política, pues éste es el gran “aparato de dominación por excelencia” cuya función es dispersar la atención y “entretener” al pueblo, diciendo que debe y que no debe saber la gente, a partir del doble discurso: el público y el político.
 Ante este panorama mexicano, lo que cabe preguntarnos es ¿qué nos podría proporcionar el buscar aplicar un concepto positivo como el de Educación Popular cubano? y, por ende responder también a ¿cómo lo podríamos hacer y qué retos tendríamos que enfrentar?
III.             ¿Qué nos proporcionaría un modelo de Educación Popular positivo?: Conclusiones
Haciendo un contraste en ambos contextos de Cuba y México, es evidente que estamos hablando de visiones e ideologías totalmente distintas, pero el fomento de una criticidad, diálogo social, la generación de conciencias, la participación política ciudadana, una comunicación cívica sustentada por el respeto, el debate público y la acción social, tanto en el contexto cubano como en el mexicano siempre son de ayuda, para la sociedad que es un ser político. En este sentido, la ideología de los intereses gubernamentales mexicanos es una, la cual nos es infundida dentro del sistema educativo. ¿Cuándo fue que la educación se convirtió en el instrumento más importante para instaurar lo que la gente debe pensar como dogma? No sé eso con certeza, pero lo que sí sé, al igual que otros pocos,  es que la educación se está convirtiendo en aliado de la instauración ideológica del país a partir de un uso perjudicial de la Historia de nuestro país, pues se busca hacer una univocidad en la visión del mundo en vez de comprendernos de manera plural, pues parece que aquél que no coincide con la visión única del mundo mexicano es diferente e inferior.
La sociedad mexicana tiene que incluirse en México, pero no de manera unívoca, tenemos que comprendernos a partir del conocimiento real de nuestra Historia, esa que nos da pautas para saber lo que somos, lo que hemos sido y lo que podemos seguir siendo o darnos la oportunidad de cambiar las cosas que no queramos seguir haciendo. México debe conocerse como los muchos Méxicos que ha sido, pues como dice el Dr. Piñón, en su capítulo segundo que corresponde a la tercera parte de su texto México los rostros de un Leviatán, debemos comprender la pluriculturalidad que nuestro país tiene y que sigue teniendo, dejar de negarnos, dejar de someternos y de acatar lo que se busca imponer. Se debe tener conciencia histórica de ese amalgamamiento de tradiciones europeas e indígenas que se pueden traducir en sincretismos tanto: político, cultural y religioso. Por ello, el Dr. Piñón nos da la alternativa de ir a buscar, estudiar y a pensar a esos Méxicos que aún no hemos volteado a ver, que no sólo nos quedemos con una idea de “historia oficial”, que volvemos al mismo punto, está justificando un proyecto político y responde a ello su filtración y manipulación.[10] 
Es evidente que hay retos a los que se les debe hacer frente. En primer lugar, tendríamos que buscar la forma de fomentar la cuestión histórica, estudiada por especialistas que en verdad están comprometidos con la difusión de los hechos reales, es decir que se encuentren sin manipulación para así hacer círculos de lectura y llevarlos a toda la gente. En segundo lugar, fomentar una concepción de  historia crítica[11] nietzscheana que es aquella, la cual, es necesaria para disolver el fanatismo sobre el pasado. En palabras de Nietzsche: “es la que logra traer éste hacia la justicia para poder someterla a un interrogatorio minucioso, ya que, el pasado  siempre merece ser criticado”, a partir de una buena información de éste, para así darle paso a lo nuevo. Nos propone una especie de olvido, el que hace posible la acción, es esa suspensión de ideas del pasado como lo mejor que se añora, para así dar paso, a través del olvido, a la vida misma, a esa transición de lo pasado a lo presente. Ésta nos permitiría interactuar con la Historia a partir de interrogatorio, de contrastes, de la búsqueda de semejanzas y diferencias para que así se pueda dar el ejercicio de criticidad por parte de la gente que va informándose.
A partir de esos retos y de cómo se vayan ejecutando, de manera paulatina y con un seguimiento real, podemos llegar a soñar con aplicar una noción de Educación Popular que vaya desde el diálogo social, atravesando por la generación de conciencias, guiando a partir de la génesis de la participación política ciudadana  para la búsqueda de una apropiación sustentada en esos ideales democráticos del ejercicio de la misma, estableciendo una educación por medio de una comunicación cívica sustentada por el respeto, el debate público y la acción social para encontrar la nación inclusiva que forme el cuerpo de la ciudadanía, pues el fenómeno educativo tiene que ser el aliado de una criticidad para la conciencia social que nuestro país necesita.



[1] “El principio: ser breves” en  Poder vivir en Cuba. Diálogo y propuesta a partir del Ciclo-Taller Vivir la Revolución a 50 años de su triunfo, La Habana, Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello, 2011. (pie de página n° 2) p.12.
[2]Cfr. José Bengoa, “La educación popular para los movimientos sociales” en Van Dam, Anke et, al. Educación popular en América Latina: la teoría en la práctica, La Haya, Centro para el Estudio de la Educación en Países en vía de Desarrollo (CESO), 1998. 7-42.
[3] “La nación inclusiva: mejores maneras de encontrarnos” en op.cit., p. 134.
[4]  Piñón Gaytán, Francisco. México los rostros de un Leviatán poder, libertad, democracia, México, Plaza y Valdés, 2012. p 104.
[5]  Idem.
[6]  Sánchez Vázquez, Adolfo. Ensayos marxistas sobre filosofía e ideología, Barcelona, Océano, 1983. p. 145.
[7]  Villoro, Luis. “Adolfo Sánchez Vázquez : El concepto de ideología”, En México, entre libros. Pensadores del siglo XX, México, Fondo de Cultura Económica- El Colegio Nacional, 1995. p. 148.
[8] F. Nietzsche, Sobre la utilidad y los prejuicios de la historia para la vida, digitalizado por Librodot.com, http://www.librodot.com, pg. 8
[9] Id., pg. 12
[10]  Cfr. Piñón Gaytán, Francisco. “Hacia una filosofía intercultural (¿nueva propuesta para un viejo problema)” en op.cit., p. 119-126.
Cfr. Id., pg. 15  

sábado, 6 de octubre de 2012

“TIEMPO Y MUERTE: LA VOZ DE LA CONCIENCIA”


¡Holaaa! Aquí les dejo un intento de texto literario, ejercicio que nos retó la Dra. María Antonia González Valerio en su clase de Estética II, pues nos sirvió para ver que la filosofía puede ser pensada desde la literatura misma, cuestión que no muchos aceptan en la misma Facultad. Fue una experiencia muy padre, además de que quise intentar hacer "prosa poética" tal como nos había retado la Dra., pues me salió más narrativo... Un poco fuerte el tema, cuestión cotidiana: La Muerte y el Tiempo.
Espero que les guste...
¡Saludos!

“TIEMPO Y MUERTE: LA VOZ DE LA CONCIENCIA”[1]
PINEDA GARCÍA THELMA ZULEYMA
Facultad de Filosofía y Letras UNAM
Estética II
Dra. María Antonia González Valerio
Semestre 2012-2


Tiempo: inmanencia; muerte: finitud. Miradas antagónicas que hacen referencia a la vida. Dos enigmas inseparables que suelen ser los contrarios que llegan a complementarse hacia un fin: la vida, pues si no hay vida no hay muerte; si no hay tiempo no hay vida. Dos temas tan controversiales que nos hacen pensar en este presente, pues el tiempo es lo que permanece, mientras que la muerte es lo que hace acaecer la vida.
La muerte se ve de muchas formas, de las cuales, pocos enfrentan, pues existe un temor hacia ella, por lo que tratan de evadirla ocupándose en todo momento, callando al que habla de ella, incluso comprando seguros de vida, como si en verdad fuesen a librarse de ella. No, ¡nunca podrás librarte!, porque es lo único seguro en tu existencia.

Desde la antigüedad se piensa la muerte: se piensan los contrarios, se piensa la finitud, se piensa la inmortalidad del alma y se piensa qué es lo permanente. Y para ello, existen bastas respuestas, pues algunos nos dicen que no morimos completamente, otros que somos seres finitos entre muchas cosas.
Heráclito nos decía que sin los contrarios, la vida no sería posible, pues son los que a su vez se complementan para dar ese algo, esa unidad, que nosotros llamamos vida: ¿Qué sería de la vida sin la muerte y de la muerte sin vida? Anteriormente, los órfico-pitagóricos nos decían que la muerte hace que el alma sea liberada de la cárcel del cuerpo, que es esa finitud de la especie, de la materia. De aquí que posteriormente, Platón, nos embriague y nos endulce el oído con la inmortalidad del alma y nos hace pensar que la humanidad, en alma, no es finita y que podemos ser realmente eternos sí somos almas que tendemos al Bien, si tenemos un alma Bella y si realmente hemos conservado lo más preciado: el alma.

Y el temor no se hizo esperar con la llegada del Cristianismo, pues el que muere, es porque Dios así lo quiso, el que muere es el que no merece, lo más preciado, la vida. De aquí es que surgen los temores que todavía en la actualidad aparecen como viles fantasmas rodeándonos y atormentándonos la existencia misma y que no nos permiten estar. Sí, me incluyo porque viví mucho tiempo con estos fantasmas, queriendo evadirlos, no pensando en ellos, evadiéndolos pensando en mi futuro, como si la vida ya la hubiese comprado, como si fuese un producto el cual puede adquirirse en cualquier tienda o departamento de vidas:
– Compre una vida, dichosa, feliz, sin preocupaciones, sin problemas. Llévese una Vida perfecta, diseñada sólo para usted; ¡ah! y lo mejor de todo… ¡es eterna!, lleva póliza de garantía por un año, ¡qué no le digan!, ¡qué no le cuenten! Llévese su Vida a un precio inigualable. – Suena tentador, ¿no? Ésas eran las palabras que deseaba escuchar en algún momento de mi existencia, cuando aquélla me quitaba a un ser querido, a un ser que jamás hubiese querido que faltara en mi círculo. Y ahora, creo que muchos desearían escuchar a ese merolico, encontrarse esa oferta en un supermercado e irse a comprar una. Sin embargo, para desdicha de muchos, el Capitalismo no ha llegado a negociar con la gran empresa que es dueña de todo el mundo, la cual no invierte capital, sino que invierte cuerpos, desechos, gusanos y podredumbre: la Muerte.

¡Ah!, y también no podemos dejar atrás al aliado y gran amigo de la Muerte, el Tiempo. Es éste el que siempre le pasa la factura de cada individuo a la hora de su hora, es otro que, al igual que la Muerte, es inmortal. Ambos conspiran en contra de la vida y a su vez, le ayudan a sobrevivir. Sobre éste, San Agustín nos dice que, el tiempo es una invención del hombre, pues cómo éste no aspira a la eternidad, tiene que justificar su paso transitorio, y qué mejor que eso, lo que los mortales llamamos: Tiempo.
Tiempo es eso que el reloj mide, que el humano vive, que los mortales cuentan con temor, esos instantes que transcurren y que no regresan, pero que nunca se mueve, que sigue ahí, que el tiempo es esa eternidad que aunque el hombre muere, éste permanece. Hay personas que dicen: -Tiempo, ¡eso es lo que me falta!-, pero el tiempo nunca se extingue, ¡oh, mortales!, pues para su sorpresa el tiempo es ese permanecer que el humano hace que transcurra, pues el único que camina hacia lo inevitable es él, no el tiempo.
El tiempo sobra y la muerte llega, acaso no se dan cuenta qué la muerte llega cuando menos te lo esperas, cuando menos lo predices, cuando menos lo piensas. 

La muerte llega cuando el tiempo es preciso, cuando el tiempo otorga oportunidad para que esta te arranque el último suspiro, el último parpadeo, el último latido. Tiempo y muerte son dos cómplices de cometer esa acción que nos hace llorar a los que, sin esperanzas, seguimos en la línea del tiempo esperando ser devorados por la Parca. A la muerte le damos vida con todo: con nuestros pensamientos, miedos, fobias, temores, alegrías y tristezas. Ésta se manifiesta de muchas formas: accidente, homicidio, suicidio, secuestro, asalto, penuria, depresión, alegría, enojo, tranquilidad; la muerte está presente en todo y a todo momento, nadie puede salir vivo, ni el alma misma.

Sí, Platón no tenia razón al decirnos en Fedón que el alma era inmortal, que ésta se liberaba y era lo que nos hacia de alguna manera ser “inmortales” hasta cierto punto. Para empezar si el alma es incorpórea: ¿por qué va a estar atrapada en nuestro cuerpo?, ¿no se supone que lo inmaterial es la negación de la materia?, ¿Platón de verdad pensaba vernos la cara de tontos al hacernos creer tan semejante utopía? Lo sé, es bonito pensar metafísicamente, pero eso al igual que lo anterior nos lleva a un solo punto: evadir a la muerte, y como dijimos antes, el hecho de no querer saber o buscar pretextos no implica su desaparición.
Sí, al parecer San Agustín tenía razón, en sus Confesiones, el tiempo es una invención del hombre para tener un registro de la vida. – ¡Qué ilusos somos, caray!, ¡qué ridiculeces las que hacemos: medirlo, decirnos y repetirnos que no tenemos tiempo y basar nuestra vida en el pasado y en el futuro y no vivir en lo que somos hoy!, ¡Dejemos de pensar en ayer y mañana! –

La muerte nace contigo y te lleva consigo toda tu vida; es hora de que los humanos pasionales lo entiendan y dejen de lloriquear y de tener miedo, pues a ésta también se le utiliza como arma de manipulación ante: el poder, la mafia y hasta para quitar los obstáculos de su camino. ¿Por qué te digo esto?, ¡Ah!, por la sencilla razón de que te des cuenta que la muerte es la más poderosa personalidad en la existencia humana. Basta recordar la masacre de Tlatelolco, pues dar la muerte sirvió al poder para callar a jóvenes inconformes y para quitar los obstáculos del camino. Y ahora, tenemos el mejor escenario de la muerte, la masacre entre unos y otros en la mafia. Sí, la mafia es una de las muchas que le rinden culto a la muerte con sus enemigos, pues además de que los quitan del camino, se benefician de la muerte de cada uno de ellos. La mafia podría ser el instrumento perfecto de la Muerte para lograr su cometido. Sin embargo, a veces el Tiempo no es su mejor amigo, pues interviene en la escena, quedando inconcluso ese ritual que la mafia ofrenda a la Muerte.

No queda de más, decir que también existen personas que se ofrecen a la Muerte por la simple razón de sentir que no valen nada, que la vida es inútil o simplemente porque les va mal en la feria de la vida. ¡Éstas son las personas más cobardes que pueden existir! Sí, pues son los más cobardes entre los cobardes, son aquellos que pareciese que quieren encarar a la Muerte, pero evaden la vida, y cuando el Tiempo no se pone de su lado vienen los reclamos, las incertidumbres, los enojos y los odios. ¡Entiendan de una vez, que la muerte llega con el tiempo y qué éste es el que elige el momento preciso de tu finitud!

Sin más reflexión, por el momento, dejaré de aturdirte no sin antes pedirte, ¡por favor!, ¡deja de evadir la realidad!, pues la Muerte es lo único seguro que tienes, ¡no tienes salvación!, ¡no hay cielo!, ¡no hay infierno!, ¡déjate de tonterías!, ¡no asegures tu vida!, sé realista y vive aceptando la fría y cruda realidad de la vida: ¡enfréntate! El tiempo no es tu aliado, sino que es el que te acompaña, junto con la muerte, para elegir, entre ellos, ese momento en el que llegará la hora de tu hora.
Atentamente,
La pequeña voz de tu interior: La Conciencia.

NOTAS
[1] Primer trabajo parcial referente a la primera unidad del curso de Estética: “Filosofía y Literatura”.

BIBLIOGRAFÍA


*** LITERATURA***

Borbolla, Óscar de la, “Monólogo de la muerte” en Filosofía para inconformes, México, Random House Mondadori, 2010.
Borges, Jorge Luis, “La muerte y la brújula” en Ficciones, España, Alianza, 2009.

*** FILOSOFÍA***
 * Conrado Eggers Lan, “Heráclito” en Los filósofos presocráticos vol. I, Madrid, Gredos, 2008.

* __________________, “Los pitagóricos” en Los filósofos presocráticos vol. I, Madrid, Gredos, 2008.

* Comte-Sponvielle, André, “La muerte” en Invitación a la filosofía, Barcelona, Paidós, 2000.

*____________________, “El tiempo” en Invitación a la filosofía, Barcelona, Paidós, 2000.

* Platón, “Fedón” en Diálogos Vol. III, trad. E. Lledo Íñigo, Madrid, Gredos, 2008

* San Agustín, “Capítulo X Libro XI” en Confesiones, México, Porrúa, 2008.

lunes, 16 de abril de 2012

“Dos visiones de la formación griega: desde la mímesis práxeos”


Hola chic@s aquí les dejo la ponencia que presentamos dentro del XI Coloquio de Letras Clásicas de la UNAM. el día 16 de abril del 2012 en el Salón de Actos de la Fac. de Filosofía y Letras.
 Debido a que no hubo oportunidad de responder dudas de los asistentes, les comparto la ponencia completa para que la lean con calma, pues resumimos a grandes razgos nuestro trabajo... Saludos.
“Dos visiones de la formación griega: desde la mímesis práxeos
Ponentes: 
Pineda García Thelma Zuleyma
Martínez Mejía Kitzia
Resumen (Abstract)
El objetivo principal de nuestro trabajo es presentar cómo es que nosotras interpretamos que se da un cambio significativo de formación ética y política entre dos épocas diferentes: arcaica y clásica. Para ello presentamos un análisis, guiado por Poética y Ética Nicomáquea de Aristóteles, de una obra épica que es considerada un gran poema: Ilíada,  además de hacer una transición de costumbres entre los hombres a partir de: Los trabajos y los días, y por una obra maestra de la época clásica: Edipo Rey.
Introducción
¿Podemos hablar de un éthos desde la mímesis práxeos que se encuentra plasmado en la literatura arcaica y clásica? Ésa es la cuestión de la presente ponencia, en la cual, presentamos nuestro análisis: un contraste significativo en la formación ética y política de la época arcaica y clásica. Éste parte de una obra épica: Ilíada, con una pequeña transición con Los trabajos y los días y una tragedia clásica: Edipo Rey. ¿Qué es lo que se puede rescatar de estas tres obras literarias de gran importancia histórica?
Por otra parte, ¿de dónde tomamos el término: mímesis práxeos?, ¿Qué debemos entender por esto? Estas cuestiones las esbozaremos desde el análisis hecho por Aristóteles en Poética y Ética Nicomáquea, las cuales seguiremos como base teórica para hacer dicho contraste.

Primera parte: El éthos desde la mímesis práxeos
I.I -. Poética: la noción de mímesis práxeos
¿Cómo debemos entender la noción de la mímesis? Debemos tener en cuenta que el término mímesis viene del griego mίmhsiV, que viene del verbo mimέomai. El primero es un sustantivo, por lo que toma dos definiciones dentro de Grecia: imitación y representación; mientras que el segundo se avoca hacia la acción de imitar algo, pues recordemos que éste es un verbo.
Lo que nos parece muy interesante sobre la mímesis es que: “desde la época arcaica […] se concibe [a ésta]  como una totalidad compuesta de elementos que representan miméticamente un orden externo […] y que, en virtud del modo en que se produce tal representación, generan placer y admiración.”[1]
Se debe tener en cuenta que: “la antigua noción de mímesis [referida la mayoría de las veces como] ‘imitación’, hace referencia no sólo a los procedimientos […] de la poesía, de las artes figurativas y de la música, sino también a la mímica vocal y orquestal, al recitado escénico, a la adopción de comportamientos considerados como ejemplares y también al vínculo entre los nombres y las cosas; a la relación entre el ser y el devenir e incluso a la contemplación de las Formas ideales.”[2]
Debemos también tomar en cuenta el tratamiento sobre este término que sostienen Platón y Aristóteles por separado, pues es de suma importancia debido a que el segundo trata de enmendar lo que el primero hace con el término en cuanto al arte poético.
Para Platón la mímesis tiene dos enfoques: el primero se refiere al que se somete el Mundo de las Ideas con el Mundo Sensible[3], es decir que la fundamentación de lo sensible se da a través de lo inteligible; en cuanto al segundo, es considerado copia de la copia, es decir, que no posee verdad, pues nos dice que de lo sensible no se puede imitar nada más que copiar de lo ya establecido, es por eso que el arte para Platón no posee verdad y pide la expulsión de los poetas de su proyecto de República, pues los considera una especie de sofistas.[4]
Incluso el mismo Platón se expresa así de Homero:
 Pero en cuanto a los asuntos más bellos e importantes de los que Homero se propone hablar, relativos a la guerra y al oficio del general, al gobierno de los Estados y a la educación del hombre, tal vez sea justo preguntarle inquisitivamente: <<Querido Homero, si no es cierto que respecto a la excelencia seas el tercero contado a partir de la verdad , ni que seas un artesano de imágenes como el que hemos definido como imitador, sino que eres el segundo y capaz de conocer cuáles ocupaciones tornan mejores a los hombres y cuáles peores en privado y en público, dinos: ¿cuál Estado fue el mejor gobernado gracias a ti […]>>?[5]
Platón nos dice que el artista es aquel que hace simulacros, mal fundamentados de la realidad, tal es el caso del poeta y del pintor[6], que están lejos de la verdad; Aristóteles nos dice que el arte es una creación que ejemplifica el mundo en el que se vive y cómo es y debe ser. Con ello, se hace referencia a  la mímesis que hace la tragedia; según Aristóteles, esto forja el carácter que los individuos deben tener. Cabe hacer mención a que la comedia hace una mímesis de las cosas más viles y negativas de los hombres, mientras que la tragedia imita a los mejores: los hombres deseables y buenos. Por lo que ésta es la que debe ser digna de imitación[7].
En cuanto a la mímesis, abordada por Aristóteles, a comparación de Platón, le da un trato diferente, pues la mímesis va más allá de lo que se puede artificiar, esto es, tiene una repercusión mayor que sólo imitar una cama. Para Aristóteles la mímesis es de la acción, pues en Poética nos dice que lo que hace la tragedia y la comedia es la mímesis de la acción de los hombres en tanto a que si son buenos y destacados por sus acciones, ellos deben de tender a imitar éstas y si hacen cosas en perjuicio de los demás, no deben hacer ese tipo de acciones.[8]
Para Aristóteles la mímesis de la acción implica más que sólo imitación, es decir, lleva consigo una carga moral y ética junto con una educación, pues recordemos que en Grecia la carga moral y ética era intermitente en la formación de un carácter (éthos) y que aspiraban tanto a ser los mejores como los más bellos y buenos. Pues, en sí, la belleza para ellos era esa mezcla de la belleza física con la del alma buena. 
Pero, ¿qué debemos entender por éthos?, ¿el carácter se forma mediante la practicidad? Analicemos estas interrogantes a partir de la Ética Nicomáquea  y Ética Eudemia.
I.2       Ética Nicomáquea: éthos y su vinculación con la areté
La noción éthos en Aristóteles, a nuestro ver, tiene mucha relevancia e incluso lleva implícito un vínculo con la mímesis praxéos, pues el carácter, que es lo que entiende Aristóteles por êthos, está formado por imitar las acciones buenas de los hombres eficientes y de acción que tiende al bien[9]. Recordemos que el término viene del griego θος (θw) que literalmente significa: costumbre, hábito. Aristóteles distingue a θος de θος, que es al que se refiere en sus Éticas por carácter[10], pues interpretamos que para él θος significa el conjunto de hábitos y buenas costumbres que son ideales para formar hombres que tienden al bien.
En la Ética Eudemia nos dice: “[…] puesto que el carácter, como lo indica su nombre, recibe su crecimiento del hábito [θος], gracias a numerosos movimientos de un cierto tipo, un hábito no innato en nosotros resulta, finalmente, educado para obrar en un sentido […].”[11] ¿Cuál es el sentido en el que se debe obrar? Según la Ética Nicomáquea, nos dice que “el carácter debe estar de alguna manera predispuesto para la virtud amando lo que es noble y teniendo aversión a lo vergonzoso”[12]. ¿Qué entendemos por virtud (ρετή)?
Aristóteles en la Ética Nicomáquea, al final de su libro primero, nos dice que debemos llamar a la virtud como modos de ser elogiables[13], por lo que si son modos de ser, entonces son acciones  que tienden al bien y, en tanto que lo son, éstas deben ser imitadas, esto es a lo que se refiere Aristóteles con la mímesis de la acción. Para Aristóteles la virtud es ética porque ésta puede irse perfeccionando con la práctica de las acciones buenas que conducen hacia el bien.[14]
El bien para Aristóteles es el hábito del hombre en la vida buena y la práctica de la misma, ya que las virtudes vienen del carácter, más no de la intelecto. Por lo que la propuesta de la ética de Aristóteles va encaminada en hacer a los hombres de excelencia en la medida de sus acciones dentro de la vida buena.
Debemos recordar que también hace referencia a la vida en función del hombre diciendo que ésta: “es una cierta vida, y […] es una actividad del alma [que actúa a partir de]  unas acciones razonables, [que tienden al bien y en cuanto éste se realiza] es una actividad del alma de acuerdo con la virtud […].”[15]  
Por lo tanto, nosotras interpretamos, a partir de lo ya explicado, que las virtudes para Aristóteles son las acciones que son dignas de imitación y que tienen un efecto positivo tanto social como para sí mismos, puesto que son modos de ser del hombre. Cabe resaltar que los vicios son también causa de hábito, pero éste tiene una carga negativa social y personalmente. Es por ello que, en Poética expone que las acciones dignas de imitarse son las que se exponen en la representación trágica.
I.2.1.   La justicia: uno de los valores que debe imitarse
Siguiendo nuestro análisis en la Ética Nicomáquea, definimos el valor, según Aristóteles, como las acciones que nos encaminan hacia la virtud, entendiendo ésta como modos de ser que se ejecutan a partir de un término medio, es decir sin exceso ni defecto siempre se debe optar por este punto medio que es el regulado por la recta razón. Para ello nos dice que el valor cívico, el cual incluye a la valentía, es el más parecido al verdadero valor porque, el que lo practique, siempre se expondrá al peligro para evitar los castigos establecidos por las leyes para obtener honor.[16] La valentía, nos dice Aristóteles, es la que hace que las personas obren a causa de la nobleza[17], por lo que siempre estarán de lado de la justicia.
Pero, ¿qué es la justicia (δικαιοσύνης) para Aristóteles? En su libro quinto hace una especie de especificaciones sobre ella de la siguiente manera: “[…] es un modo de ser por lo cual uno está dispuesto a practicar lo que es justo, a obrar justamente y a querer lo justo”[18].  Cabe hacer mención que Aristóteles no concibe como igual la justicia y lo justo (δικαίων), pues la justicia es la virtud completa y lo justo es la acción de practicar la virtud, pues nos dice: “se entiende por justo al que observa la ley y también el que es equitativo”[19] con la impartición de dicha acción. Éste no debe de beneficiarse de ella, sino que usa la virtud de la justicia para con el otro, el que la necesita, y que a su vez, si él se encuentra culpable debe actuar conforme a la justicia.[20] Por lo que, Aristóteles dice que: “la justicia presupone personas cuyas relaciones están reguladas por una ley, y la ley se aplica a situaciones en las que es posible la injusticia, pues la justicia es el discernimiento entre lo justo y lo injusto.”[21]
En resumen, la justicia es una virtud que pretende ser la observadora y reguladora de las acciones, que a su vez, éstas llevan siempre un fin (teloV) y si éste tiende al bien, es decir que cumple la función de discernir entre lo que debe y no debe ser, se está llevando a cabo la justicia. Ahora veamos cómo es que la formación arcaica y la clásica, a pesar de que conservan este valor, tienen puntos en común y también en contraposición, pues el tratamiento tanto de la mímesis práxeos como el concepto de virtud va perfeccionándose.
Segunda parte: Entre dos épocas...

II.    1 Epopeya y  tragedia
Haciendo una breve comparación de estas dos formas literarias, diremos que la dos son iguales en cuanto a que tratan imitativamente de reproducir los actos de los virtuosos por medio de la métrica, pero diferenciándose en que  la primera se vale del hexámetro y de una forma narrativa para decir las cosas, además que cuenta con una mayor extensión y trata de remembrar las hazañas de los héroes, en las fiestas de los reyes para que se hable de la gloriosa estirpe a la que pertenecen, para que éstas no se olviden. La tragedia, por su parte, trata de ser concisa, pues lleva un mensaje inmerso en ella: la cuestión de ser ideologizante y moralizadora
Para Aristóteles, la tragedia parte de un mýthos[22] y de una kátharsis, es decir, parte primeramente de una previa aparición en el mundo y consecutivamente de una “purificación”, en tanto que expresa lo que en algún momento se tiene en mente. Pero ello no quiere decir que el poeta no pueda tener poíesis, pues en tanto vuelve a presentar lo ya presentado, en su manera de volverlo a re-presentar, hay una poiesis, pues dice Aristóteles: “Desde un cierto punto de vista, pues, Homero y Sófocles serían imitadores del mismo tipo, pues ambos reproducen imitando a los mejores y, desde otro, lo serían Homero y Aristófanes, puesto que ambos imitan y reproducen a hombres en acción y en eficiencia”. [23]

Para la tragedia se habrá de decir: “El mito poético, para el artista, es una visión más honda de la realidad; es exactamente, según la expresión de Aristóteles, ‘Una imitación de la naturaleza’, de la naturaleza total, física y metafísica”[24].
La tragedia, al producirse dentro de la celebración de las Dionisiacas[25], trataba de lograr una purificación. Por lo tanto, estas obras, al estar realizadas por humanos y al estar estrechamente ligadas a la religión, hacían que el pueblo se sintiera identificado con los personajes y, al llegar al llanto, lograban esta catarsis. De aquí que la tragedia se usara como un recurso moralizador donde la gente veía que infligir las leyes morales o sagradas eran señal de un castigo.

II.   2 Época arcaica
Para el mayor entendimiento de ésta época, es necesario comprender que cuando hablamos de “Grecia”, término que acuñaron los romanos para designar a los pueblos de oriente con características similares, nos referimos en realidad a la Hélade, pues es así como se conocía entre estos pueblos tal región. Nos referimos a diferentes pueblos que eran pequeñas organizaciones y que tenían una diversidad dialectal, política y social.
La historia de toda la Grecia arcaica está constituida por una serie de descubrimientos que dejaron ver el realismo y el lado fantástico que se escondía detrás de la literatura misma. Para poder entender mejor esta parte de la historia, hablaremos de diversas personas por las que, gracias a su pasión, hoy podemos hablar de una época arcaica en la Antigua Grecia. La misma gente de esta época conocía, a través de los mitos que se transmitían de manera oral, los sucesos del pasado de la Hélade. Sin embargo, nada de ello era completamente cierto, pues, a finales del siglo XIX y principios del XX, algunos descubrimientos arqueológicos dieron cierta veracidad a los mitos orales, empezando con el alemán Heinrich Schliemann, que descubrió Troya y el Peloponeso; en seguida, Arthur Evans, de nacionalidad británica, con el descubrimiento del palacio de Minos y, finalmente, Michael Ventris y John Chadwick, que descifraron la escritura lineal B. Con estos descubrimientos sólo se reconstruye un poco de la tradición griega, pero sin duda mucho de los reyes, de su manera de organización política y social todavía queda en la oscuridad.
Para este punto de la historia, existen  dos grandes representantes que con su literatura nos han ayudado a reconstruir el carácter de las sociedades arcaicas: Homero y Hesíodo, quienes serán nuestro siguiente punto de análisis.
II.    2. 1 Ilíada
En la Ilíada de Homero, epopeya heroica, encontramos las celebraciones de hazañas dignas de recordar para los griegos. Representa una estirpe de héroes, la cual queda lejana para las generaciones futuras; en esta obra todo es juzgado conforme a los actos heroicos[26].
Esta tradición corresponde a los siglos XIII y XII a. C.
Dentro de esta obra se encuentra la concepción de ver al hombre que se ocupa de las grandes proezas y es amenazado por los destinos inevitables. A pesar de esto, se busca la gloria[27].
II.    2. 2 Los trabajos y los días
Esta sociedad homérica llegó a su fin y, con ello, los héroes pasaron a ser simples servidores de la tierra y, para la educación de éstos, Hesíodo en Los trabajos y los días                           manual dedicado a Perses, su hermano logra resaltar la importancia que tiene en esta sociedad el trabajo, la buena administración y las relaciones sociales.
Da atractivos consejos morales y destaca lo fundamental del valor de la justicia, “pero Hesíodo sabe bien que hay un Zeus todo poderoso, cuyos tres mil guardias inmortales vigilan a los humanos, y castigarán a cuantos se atrevan a violar la justicia”[28]. Hesíodo resalta el folklore y lo tradicional de una Grecia posterior a Homero.

II.2 Época clásica: Edipo Rey
La Grecia Clásica  representa el  punto álgido en la que surgen todas las manifestaciones de arte, estudio filosófico, relaciones políticas y sociales que, hasta nuestros días, son modelos a seguir o que, por lo menos, se pretenden imitar.
En ésta época, hallamos en pleno esplendor a la ciudad más representativa de toda la Hélade: Atenas, la cual es la cuna del teatro y, con él, el  nacimiento de la tragedia y la comedia, expresiones literarias más representativas del mundo griego, con ellas se buscará la divulgación de los valores y la política de la Atenas demócrata.
Una de las tragedias más elogiadas por Aristóteles es precisamente Edipo Rey por tener en ella todo lo que se pretendía que una obra trágica debía de tener y que diera todos los mensajes imprescindibles para la educación ateniense. Es éste el momento más prolífico para las artes, la arquitectura y la filosofía, pero además, se vive una estabilidad económica y política como jamás se volverá a ver en la Grecia posterior.
En estas tres obras encontramos de manera constante uno de los valores más elogiados por esta sociedad: la justicia.
En la Ilíada, la hallamos en los pasajes en que Briseida  es arrebatada a Aquiles por Agamenón, a pesar de que las mejores dotes  eran siempre para éste último, él sin oír palabras de Néstor, se lleva a Briseida. Por lo tanto, Aquiles se niega a pelear[29] y después, a modo de justicia, la mujer le es devuelta al Pelida, pues Agamenón busca que éste regrese a la batalla y así ganar. Hablándonos del mismo valor, pero expresándolo de una manera totalmente diferente, lo encontramos en Hesíodo. Éste comienza su escrito con  la fábula del halcón y el ruiseñor, la cual, precisa, es para los reyes, pues son ellos, según Hesíodo, los que por excelencia son injustos. En seguida pasa a dar el consejo: “¡Oh, Perses! Atiende tú a la justicia y no alimentes soberbia; pues mala es la soberbia para un hombre de baja condición”[30]. Y, haciendo completo hincapié, le hace ver  que los hombres que se dan al justo proceder no serán jamás presa del hambre,  todo se les dará en sus tierras y tendrán paz. Por su parte, Sófocles nos muestra, en Edipo Rey, otra concepción de la justicia; aquí Edipo acusa a Creonte de sobornar a Tiresias para que lo acusara de la muerte de Layo. A causa de lo cual, Edipo se enfada sobremanera y decide que Creonte debe ser sacado de la región. Sin embargo, éste le pide que no sea injusto, que él no ha tenido nada que ver con los vaticinios del adivino, pero Edipo más le increpa y le pide se retire[31]; después el desdichado Edipo, avergonzado por la injuria falsa que le hizo a éste, le pide que lo deje irse, que lo destierre para no ver los males que no escuchó habrían de llegarle  y que pensó habían sido trama del mismo Creonte.
    II. 3     Contrastes entre las dos épocas: valor, virtud y justicia
En la concepción de la Ilíada y en Edipo Rey encontramos que la injusticia de los reyes los lleva a la desdicha. Agamenón perdió parte de su ejército, se vio obligado a regresar a Briseida para que Aquiles retomara la batalla, mientras que Edipo no pudo escapar de su destino. Es de notar que en esta tragedia encontramos la ofensa a Tiresias, quien servía de enlace con Apolo y la humanidad, por tanto, al verse ofendido entendemos que hubo una ofensa al dios, cosa que Hesíodo, menciona que esto será castigado, pues se pide respeto a las divinidades. El verdadero cambio lo encontramos en Hesíodo, pues éste vincula la idea de justicia con un verdadero quehacer laboral, social y religioso, mientras más exista una balanza de estas tres cosas, mejor será la vida del humano. Aunque no está por demás decir que el autor de Los trabajos y los días,  ya desde esta obra, condena a los reyes, pues él cree que son los primeros en violar la justicia y, por tanto, en su consejo, dedica partes importantes para darles a entender que ellos, por tener en sus manos a las ciudades, deben ser más cautelosos con sus acciones.
En la forma del castigo encontramos que por entero el que ejecuta tal  acción es siempre el dios (esto es algo que tienen en común las tres obras) y que las obras de malvados las carga a veces toda una ciudad[32], cosa que pasa en la Ilíada con Paris, quien por quedarse con Helena y las riquezas, no le importaba que Troya cayera.
 En estas tres obras se representa muy bien la visión griega del ser justo para aquél que cumplía con los márgenes establecido para cada época.

III.    CONCLUSIONES

Claro es de notar, que uno de los más acercados a la concepción de justicia de la cuál parte Aristóteles es Hesíodo, sin embargo, cada una de las obras trato de forjar un θος, y en el caso específico de la Ilíada, también ella trato más de la formación de un θος. Es así como estas obras en base a la mímesis práxeos, atiende a la formación de un carácter y también en la formación de las costumbres, pues da a conocer a personajes dignos de imitar y de los cuales se debe de aprender, para no cometer los mismos errores y así sobresalir de la sociedad en decadencia. Este punto, que aunque fuera de tono, no hay que dejar pasar. Debemos mirar que entre Hesíodo y Sófocles, también hubo cierto rasgo de similitud. Como vemos en Los trabajos y los días, el autor reprocha los caminos que no llevan a la justicia, diciendo: “Preferible el camino que, en otra dirección, conduce hacia el recto proceder; la justicia termina prevaleciendo sobre la violencia, y el necio aprende con el sufrimiento”[33], y vemos como se cumplen tales castigos en el  insensato de Creonte, en la Antígona  de Sófocles, cuando éste, por faltar a las leyes de los dioses, condena a Antígona y por el dolor de su muerte,  su hijo se suicida y la madre al saber esto, no soporta el dolor y se arranca la vida.
Sin duda Grecia, ha sido una civilización que nos ha dejado muchos preceptos que hemos tratado de seguir para el correcto funcionamiento de algunas artes, sin temor a equivocarnos, vemos que es el modelo perfecto de vida occidental, en cuanto política, educación y sistemas sociales.

En la literatura actual, se ha perdido esta cuestión moralizante que a la antigua Grecia caracterizaba y estaba bien marcada. Sin embargo, aún existe esta lectura ideologizante que nos marca a qué nivel económico y cultural pertenecemos.
Por otra parte, que no debemos olvidar, se ha ido haciendo un monopolio de la justicia, pues cada vez son menos los que enseñan con el ejemplo, claro está que estos serán los que más tarde  serán dignos de ser admirados, y sin duda serán estandarte para algunos que nos resistimos a perder este bello valor. Desgraciadamente, es de lamentar y hasta cierto punto de indignar que nuestro sistema que se dice de justicia, no opere con el ejemplo, dado que ellos se benefician del mismo para evadir la ley. Entonces ¿serán dignos de imitarse?  

Otro punto crítico, actualmente, es que nuestra sociedad ha perdido, de igual manera, la magia del teatro, que tenía esa finalidad de provocar una purificación y que ha pasado a ser completamente sustituida por la música. El teatro, actualmente, ha pasado a ser expresión en segundo plano, es decir, ya no tiene influencia en éstos ese efecto moralizador que influía el carácter de los ciudadanos, ahora pareceré que está lleno de clichés, pues recordemos que nuestra sociedad no frecuenta a este por muchas razones. No obstante, es de destacar que cada una de estas artes representa muy bien el estado y el gobierno en el que vivimos y volviendo a ellos podríamos re-pensar nuestra sociedad.
Sin duda, somos un país en donde los lectores, las humanidades y las artes son una especie en peligro de extinción y por desgracia la decadencia en la educación y el triste manejo de las dependencias del gobierno en materia de educación e impartición de justicia han influido en el incremento de la ignorancia, enajenación y la separación de las artes y todo ello que nos hace ser humanos, que es la razón y la creación.

BIBLIOGRAFÍA CITADA
·         Aristóteles, Ética Eudemia, trad. Julio Pallí Bonet, Madrid, Gredos, 1985.
________, Ética Nicomáquea, trad. Julio Pallí Bonet, Madrid, Gredos, 1985.
________, Poética, trad. Juan David García Bacca. México: UNAM. 2011.
·         Bowra, C.M., La literatura griega trad. Alfonso Reyes, Fondo de Cultura Económica, 1948.
·         Hesíodo, “Los trabajos y los días” en Obras y fragmentos, trad. Aurelio Pérez Jiménez, Madrid, Gredos, 1978.
·         Homero, La Ilíada, trad. Emilio Crespo .Madrid: Gredos. 1991.
·         Lombardo, Giovanni. La estética antigua, trad. Francisco Campillo. Madrid: Visor. 2008.
·         Platón, “Timeo” en Diálogos, Tomo VI, trad. Francisco Lisi, Madrid, Gredos, 2008
_____, “República Libro X” en Diálogos, Tomo IV, trad. Conrado Eggers Lan, Madrid, Gredos, 2008.
·         Sófocles, Edipo Rey, trad. Assela Alamillo. Madrid: Gredos. 2007.
·         Touchard Pierre-Aimé, Apología del teatro, trad. E. Madrid Diez, Buenos Aires, Compañía General Fabril, 1961.

REFERENCIA ELECTRÓNICA
R. Crane, Georgy (ed.) Perseus Digital Library en:
http://www.perseus.tufts.edu/hopper/searchresults?q=Aristotle (Consultado: sábado 31 de marzo del 2012)



[1]  Giovanni Lombardo, La estética antigua, p. 19-20.
[2] Ibidem.; También: Cf. Juan David García Bacca, “Introducción a la Poética” en Aristóteles, Poética, p. XXVIII. 
[3] Cf. Platón, “Timeo” en Diálogos Tomo VI 41a-d.
[4] Cf. Platón, “República X” en Diálogos Tomo IV, 596b –c, 597 b, d-e.
[5] Id., 599 c-e
[6] Cf. Id., 596b –c, 597 b, d-e.
[7] Cf. Aristóteles Poética, 1448 a 5-10
[8] Cf. Id., 1448 a 20-23
[9] Aristóteles, Ética Nicomáquea, 1103 a 25-30
[10] Cfr. Aristotle, “Eduemian Éthics” en Georgy R. Crane (ed.) Perseus Digital Library, 1220 b. http://www.perseus.tufts.edu/hopper/text?doc=Perseus%3Atext%3A1999.01.0049%3Abook%3D2%3Asection%3D1220b
[11] Aristoteles, Ética Eudémia, 122b 1-5; Cfr. Ética Nicomáquea 1179 b 21-30.
[12] Id., Ética Nicomáquea 1179 b 30-32.
[13] Id., 1102b 37
[14] Id., 1105b-1106b-30
[15] Id., 1098a12-19
[16] Id., 1116 a20
[17] Id.,1116 b31
[18]Id., 1129 a 6-8
[19]Id., 1129 b.
[20] Cf. Id., 1130 a 8-11.
[21] Id., 1134 a 30.
[22] Entendiéndolo como una especie de trama,  pues creemos que en la tragedia se abarca el tema de la formación de un éthos (entendiéndolo como carácter)  a partir de la carga moral que ésta nos muestra y que es digna de imitarse, El mýthos, debe entenderse como un plan que  los dioses sugirieron para el hombre y de ahí la formación de un carácter.
[23] Aristóteles, Poética, 1448 a 25-28.
[24] Touchard Pierre-Aimé, “Moral y religión” en Apología del teatro, p.67.
[25] Fiestas dedicadas al dios Dionisios, en estas reuniones se permitía beber el vino viejo, que provocaba, la embriaguez del pueblo, lo que terminaba siendo orgias, pues el sexo estaba vinculado con esta purificación,  en donde se liberaban los deseos más reprimidos del ser humano llegando así a la kάqarsiV.
[26] Homero, Ilíada. III. 21-76.
[27] Idem. XVIII. 120-123.
[28] Bowra, C.M., “Homero y Hesíodo” en  La literatura griega, p. 34.
[29] Cf.  Id. I. 130-427.
[30]  Hesíodo, Los trabajos y los días. vr. 213-215.
[31] Sófocles, Edipo Rey. vr. 300-679.
[32]Cf.  Idem. vr. 240-243.
[33] Id. vr. 217-219.