Hola a tod@s. Les comento que participé con una colaboración para el Observatorio Filosófico de México en aportar ideas sobre el debate que actualmente se está dando en el Senado de la República, sobre la enseñanza de la filosofía en primaria y secundaria. Son aportes que he venido investigando desde hace un año, aproximadamente, y que pienso pueden aportar elementos para construir una propuesta concreta. El texto lo titulé: "¿Qué papel puede fungir la enseñanza de la filosofía en la Educación Básica?: Apuntes del por y para qué enseñar a filosofar"
Espero lo puedan comentar :)
Saludos.
☆La visión de ...☮
Creado por: Filósofa Strellina. Un lugar en donde encontrarás, reflexiones sobre muchas cuestiones muy relevantes y parte de mi formación como estudiante de Filosofía de la F.F.y L. UNAM.
Bienvenidos a este espacio: un lugar de reflexión y opinión pública...
¡Hola!, les doy la más cordial bienvenida a este espacio que también es su espacio. Espero que crezca conforme el paso del tiempo y claro con sus comentarios, sugerencias, acuerdos y desacuerdos.
Aquí encontraran de todo un poco... tanto reflexiones, posturas, entre sentimientos y poemas, así como temas que le interesan a mi materia.
Les invito a comentar, a expresarse, a dialogar ya que hay que hacer de este espacio ¡un lugar de reflexión y opinión pública!... así que lo único que no se admite, son los personajes "sin nombre" por lo menos con un pseudonimo ya que todos tenemos identidad y existimos en este planeta.
Sean pues, BIENVENIDOS A ESTE ESPACIO QUE ES SU ESPACIO...
¡Saludos a todos!
viernes, 11 de octubre de 2013
domingo, 17 de marzo de 2013
La Educación Popular Cubana: ¿Podría pensarse un modelo similar para México?
Hola a todos:
Les dejo este trabajo que nació gracias al curso del semestre 2013-1 que impartió el Dr. Horacio Cerutti Guldberg y la Mtra. Sandra Escutia Díaz. Fue presentado para aprobar el curso, el cual lo hice satisfactoriamente. De ahí que lo presenté en el Primer Encuentro de estudiantes y pasantes de Filosofía CONEFI-UNAM "Construcción y Ruptura: manifestaciones del pensamiento" en la segunda mesa de Filosofía de la Educación. Al parecer el texto, dentro de la mesa, fue sumamente polémico, cuestión que me deja muy contenta. Si tienen algún comentario siéntanse en confianza en hacerlo. Dejo mi correo: strellina.p8.filos@gmail.com (todo en letras minúsculas) Además de que si desean conocer el texto, que comento en la ponencia, para profundizar en él se los puedo mandar por correo, así que también escríbanme.
Saludos a todos
La Educación Popular Cubana: ¿Podría pensarse un
modelo similar para México?
Introducción
El
presente texto pretende reflexionar sobre la Educación Popular que se lleva a cabo
en el contexto cubano y, por ende, pensar si éste puede aplicarse a un contexto
como el mexicano, para hacer que la sociedad se sienta integrada en su mismo
país, pueda pensar qué es lo que realmente sucede y ser parte del proceso que
busca hacer una evolución en el Estado mexicano. Para ello, en primer lugar
desarrollaré qué es la Educación Popular cubana, después indagaré en qué
implicaciones tendría y, por último, qué nos propondría y qué retos tendríamos que enfrentar.
I.
La Educación
Popular en Cuba
En
primer término tendríamos que decir ¿qué es la Educación Popular en Cuba? El
texto Poder vivir en Cuba nos plantea
que “es una concepción político-pedagógica de la vida. Sus principios -que
enfatizan la construcción colectiva, las relaciones
horizontales, la coherencia entre los contenidos y métodos, la relación
dialéctica y respetuosa entre educador y educando para producir un aprendizaje
mutuo, el ejercicio de la crítica como instrumento liberador, el sentido
político de las relaciones sociales- la convierten en una propuesta política
liberadora.”[1]
Las relaciones horizontales pienso
que se refieren a un modo de educación social que promueve un vínculo:
individuo-grupo-Estado. Con esto me refiero a que en tanto el individuo es
consciente de que pertenece a un grupo llamado sociedad, puede incidir en la
cuestión Estatal a partir de la generación de una conciencia inclusiva para la
participación activa en el Estado.[2]
Por ello es de notar que el desarrollo del Ciclo-Taller se llevó bajo esta
propuesta para crear un diálogo incluyente de la visión de Cuba a sus cincuenta
años de triunfo revolucionario, que aún no está exento de cosas por
corregir.
Es
evidente que a lo largo del texto se habla de los puntos medulares que, a mi
forma de percibir, conciben la noción de Educación Popular, pues desde la
creación del Ciclo-Taller se tiene como objetivo: formar conciencia de lo que
fue la Revolución Cubana y lo que es a sus cincuenta años de triunfo, hasta el
método que fue utilizado para ello: el diálogo permanente entre una parte de la
sociedad, joven y veterana, que tuvo un papel de incidencia reflexiva entre los
que vivieron el proceso y los que nacieron dentro del mismo.
De
aquí, podemos decir que los puntos constitutivos de la Educación Popular van
desde: el diálogo social, atravesando por la generación de conciencias, guiándose
a partir de la génesis de la participación política ciudadana para la búsqueda
de una apropiación que sustente esos ideales democráticos del ejercicio de la
misma, estableciendo una educación por medio de una comunicación cívica
sustentada por el respeto, el debate público y la acción social para encontrar
la nación inclusiva que forme el cuerpo de la ciudadanía “a partir del seno del
cual la libertad de cada cual es condición fundamental para valorar la libertad
de todos”[3].
En
general este texto me gustó mucho. Sin duda puedo decir que la Educación
Popular que se propone y que se lleva como proyecto itinerante desde de la
década de los 80’s, reflejada en el Ciclo-Taller, puede incidir en que la
sociedad se sienta parte de su Estado y posibilita a que, de manera crítica e informada, se ejerza
el pensar sobre aciertos, errores, carencias y virtudes de las situaciones que
se están viviendo a raíz del triunfo revolucionario, el cubano, y también hacer
conciencia de que este movimiento que inicio hace cincuenta años se sigue
construyendo de manera activa mediante sus propuestas y reflexiones. La verdad
me entusiasmó a tal punto de pensar la realización un trabajo de éste tipo en
nuestro país, pero ¿qué implicaciones tendría hacerlo?
II.
¿Qué
implicaría un modelo de Educación Popular en la sociedad mexicana?
Tenemos
que advertir que podemos encontrarnos con visiones conformistas y de no
familiarización hasta con nuestro mismo país. ¿De dónde viene esta cuestión de
conformismo y no familiarización? Me puse a pensar en esta situación lo cual me
llevó a buscar los factores que inciden en esta visión de la sociedad mexicana.
La primera, a mi forma de ver, es la cuestión del forjamiento de la ideología a
partir de la educación formal y la segunda corresponde a una especie negativa
de “educación popular”, la que concibo como una educación en base a la
incomprensión y desinformación cada vez más acentuada de nuestra cultura,
fomentada por los medios de comunicación.
Empecemos
a indagar sobre posibles “preguntas malditas”. ¿Qué es la ideología?, ¿cómo
concibo la ideología? Retomando la tercera parte del texto México los rostros de un Leviatán, el Dr. Piñón dice que ésta es
“la transmisión de los intereses del presente
histórico”[4]
entendiendo, por éste, la narración de
la historia que nos es transmitida por el lenguaje y el entorno social y, a su
vez, “configura nuestra
determinada y específica cultura: arte, religión, filosofía”[5],
es decir, configura una visión y concepción del mundo. También, en este mismo
sentido, Adolfo Sánchez Vázquez tiene una concepción de lo que es la ideología.
Nos dice que “es un conjunto de ideas acerca del mundo y de la sociedad que
responde a intereses, aspiraciones o ideales de una clase social en un contexto
social dado y que guía y justifica un comportamiento práctico de los hombres
acorde con esos intereses, aspiraciones o ideales”[6]. En
ambos sentidos se está aludiendo a una definición que tiene que ver con “[…] su
relación con los intereses de una clase social, no por su relación con el
conocimiento”[7].
A partir de esto, podemos decir que la ideología es el instrumento que el
gobierno tiene para infundir sus intereses. Siguiendo todo lo anterior, nos
encamina para pensar qué se está haciendo en la educación formal mexicana y en
la “educación popular” concebida de forma negativa para el fortalecimiento de dichos
intereses.
En
la educación formal lo que se pretende es legitimar una ideología que
corresponda con el proyecto político que se encabeza para generar una
“civilidad”. Es decir, que la educación se vuelve un instrumento legitimador de
las ideas que el sexenio quiera que creamos y que nos guiemos para generar
nuestro comportamiento. En este sentido, podríamos decir que al gobierno no le
conviene crear ciudadanos críticos, informados, activos, inconformes, sino que
todo lo contrario. Por lo que la ideología que implantan es antagónica a lo que
un ciudadano debería tener para ejercer su uso pleno de libertad de conciencia
y de pensamiento. Siguiendo este mismo tono, la educación formal instruye la
ideología “oficial” a partir de la manipulación de la materia más importante de
todas, en el aspecto social de nuestro país: la historia. Pues existe un gran
ejercicio de monumentalidad de
ésta. Me refiero a la idea de historia monumental que nos explica
Nietzsche en su texto Sobre la utilidad y
los perjuicios de la historia para la vida en el cual dice que: es la que
persigue un objetivo en tanto que el ser es activo. Es la inscripción en y para
la memoria colectiva. Evoca sucesos pasados que fueron positivos en la
Historia, tener un incentivo del mismo, para traerlo al presente. Son, pues,
los máximos momentos de la Historia “idealizados” como un modelo de aspiración
y de impulso para la humanidad. Ésta “huye de la resignación y utiliza la
historia como remedio contra ella.”[8] Propone que lo grande debe ser eterno, lo que
suscita, dice Nietzsche, la más terrible de las luchas. Por lo que se recurre a
ésta “cuando un hombre, que desea realizar algo grande [y] tiene la necesidad
del pasado, se apropia de él mediante la historia
monumental.”[9]
Por
su parte, “la educación popular” que se da en México, y la cual concibo de
manera negativa, es la que termina de confirmar la ideología que se fomenta en
la educación formal. Me refiero a que todo lo que es relativo al pueblo de
México se basa en cuestiones de desinformación desde nuestra cultura hasta de
las cuestiones referentes a la situación real del Estado. Además del fomento
que se le da de otras “ideas culturales” que no nos pertenecen y para ellas sí
hay una amplia difusión. Y
sumémosle también, el trabajo de los medios de comunicación y su vínculo con la
política, pues éste es el gran “aparato de dominación por excelencia” cuya
función es dispersar la atención y “entretener” al pueblo, diciendo que debe y
que no debe saber la gente, a partir del doble discurso: el público y el
político.
Ante este panorama mexicano, lo que cabe
preguntarnos es ¿qué nos podría proporcionar el buscar aplicar un concepto
positivo como el de Educación Popular cubano? y, por ende responder también a
¿cómo lo podríamos hacer y qué retos tendríamos que enfrentar?
III.
¿Qué nos
proporcionaría un modelo de Educación Popular positivo?: Conclusiones
Haciendo
un contraste en ambos contextos de Cuba y México, es evidente que estamos
hablando de visiones e ideologías totalmente distintas, pero el fomento de una
criticidad, diálogo social, la generación de conciencias, la participación
política ciudadana, una comunicación cívica sustentada por el respeto, el
debate público y la acción social, tanto en el contexto cubano como en el
mexicano siempre son de ayuda, para la sociedad que es un ser político. En este
sentido, la ideología de los intereses gubernamentales mexicanos es una, la
cual nos es infundida dentro del sistema educativo. ¿Cuándo fue que la
educación se convirtió en el instrumento más importante para instaurar lo que
la gente debe pensar como dogma? No sé eso con certeza, pero lo que sí sé, al
igual que otros pocos, es que la
educación se está convirtiendo en aliado de la instauración ideológica del país
a partir de un uso perjudicial de la Historia de nuestro país, pues se busca
hacer una univocidad en la visión del mundo en vez de comprendernos de manera
plural, pues parece que aquél que no coincide con la visión única del mundo
mexicano es diferente e inferior.
La
sociedad mexicana tiene que incluirse en México, pero no de manera unívoca,
tenemos que comprendernos a partir del conocimiento real de nuestra Historia,
esa que nos da pautas para saber lo que somos, lo que hemos sido y lo que
podemos seguir siendo o darnos la oportunidad de cambiar las cosas que no
queramos seguir haciendo. México debe conocerse como los muchos Méxicos que ha sido, pues como dice el
Dr. Piñón, en su capítulo segundo que corresponde a la tercera parte de su
texto México los rostros de un Leviatán,
debemos comprender la pluriculturalidad
que nuestro país tiene y que sigue teniendo, dejar de negarnos, dejar de
someternos y de acatar lo que se busca imponer. Se debe tener conciencia
histórica de ese amalgamamiento de tradiciones europeas e indígenas que se
pueden traducir en sincretismos tanto: político, cultural y religioso. Por ello,
el Dr. Piñón nos da la alternativa de ir a buscar, estudiar y a pensar a esos Méxicos que aún no hemos volteado a ver,
que no sólo nos quedemos con una idea de “historia oficial”, que volvemos al
mismo punto, está justificando un proyecto político y responde a ello su
filtración y manipulación.[10]
Es
evidente que hay retos a los que se les debe hacer frente. En primer lugar,
tendríamos que buscar la forma de fomentar la cuestión histórica, estudiada por
especialistas que en verdad están comprometidos con la difusión de los hechos
reales, es decir que se encuentren sin manipulación para así hacer círculos de
lectura y llevarlos a toda la gente. En segundo lugar, fomentar una concepción
de historia crítica[11]
nietzscheana que es aquella, la cual, es necesaria para disolver el fanatismo
sobre el pasado. En palabras de Nietzsche: “es la que logra traer éste hacia la
justicia para poder someterla a un interrogatorio minucioso, ya que, el pasado
siempre merece ser criticado”, a partir de una buena información de
éste, para así darle paso a lo nuevo. Nos propone una especie de olvido, el que
hace posible la acción, es esa suspensión de ideas del pasado como lo mejor que
se añora, para así dar paso, a través del olvido, a la vida misma, a esa
transición de lo pasado a lo presente. Ésta nos permitiría interactuar con la Historia
a partir de interrogatorio, de contrastes, de la búsqueda de semejanzas y
diferencias para que así se pueda dar el ejercicio de criticidad por parte de
la gente que va informándose.
A
partir de esos retos y de cómo se vayan ejecutando, de manera paulatina y con
un seguimiento real, podemos llegar a soñar con aplicar una noción de Educación
Popular que vaya desde el diálogo social, atravesando por la generación de
conciencias, guiando a partir de la génesis de la participación política
ciudadana para la búsqueda de una
apropiación sustentada en esos ideales democráticos del ejercicio de la misma,
estableciendo una educación por medio de una comunicación cívica sustentada por
el respeto, el debate público y la acción social para encontrar la nación
inclusiva que forme el cuerpo de la ciudadanía, pues el fenómeno educativo
tiene que ser el aliado de una criticidad para la conciencia social que nuestro
país necesita.
[1] “El principio: ser breves” en Poder
vivir en Cuba. Diálogo y propuesta a partir del Ciclo-Taller Vivir la
Revolución a 50 años de su triunfo, La Habana, Instituto Cubano de
Investigación Cultural Juan Marinello, 2011. (pie de página n° 2) p.12.
[2]Cfr.
José Bengoa, “La educación popular para los movimientos sociales” en Van Dam,
Anke et, al. Educación popular en América
Latina: la teoría en la práctica, La Haya, Centro para el Estudio de la
Educación en Países en vía de Desarrollo (CESO), 1998. 7-42.
[4] Piñón Gaytán, Francisco. México los rostros de un Leviatán poder, libertad, democracia,
México, Plaza y Valdés, 2012. p 104.
[6] Sánchez Vázquez, Adolfo. Ensayos marxistas sobre filosofía e ideología, Barcelona, Océano,
1983. p. 145.
[7] Villoro, Luis. “Adolfo Sánchez Vázquez : El
concepto de ideología”, En México, entre
libros. Pensadores del siglo XX, México, Fondo de Cultura Económica- El
Colegio Nacional, 1995. p. 148.
[8] F. Nietzsche,
Sobre la utilidad y los prejuicios de la
historia para la vida, digitalizado por Librodot.com, http://www.librodot.com, pg. 8
[10] Cfr. Piñón Gaytán, Francisco. “Hacia una
filosofía intercultural (¿nueva propuesta para un viejo problema)” en op.cit., p. 119-126.
sábado, 6 de octubre de 2012
“TIEMPO Y MUERTE: LA VOZ DE LA CONCIENCIA”
¡Holaaa! Aquí les dejo un intento de texto literario, ejercicio que nos retó la Dra. María Antonia González Valerio en su clase de Estética II, pues nos sirvió para ver que la filosofía puede ser pensada desde la literatura misma, cuestión que no muchos aceptan en la misma Facultad. Fue una experiencia muy padre, además de que quise intentar hacer "prosa poética" tal como nos había retado la Dra., pues me salió más narrativo... Un poco fuerte el tema, cuestión cotidiana: La Muerte y el Tiempo.
Espero que les guste...
¡Saludos!
“TIEMPO Y MUERTE: LA VOZ DE LA CONCIENCIA”[1]PINEDA GARCÍA THELMA ZULEYMA
Facultad de Filosofía y Letras UNAM
Estética II
Dra. María Antonia González Valerio
Semestre 2012-2
Tiempo: inmanencia; muerte: finitud. Miradas antagónicas que hacen referencia a la vida. Dos enigmas inseparables que suelen ser los contrarios que llegan a complementarse hacia un fin: la vida, pues si no hay vida no hay muerte; si no hay tiempo no hay vida. Dos temas tan controversiales que nos hacen pensar en este presente, pues el tiempo es lo que permanece, mientras que la muerte es lo que hace acaecer la vida.
La muerte se ve de muchas formas, de las cuales, pocos enfrentan, pues existe un temor hacia ella, por lo que tratan de evadirla ocupándose en todo momento, callando al que habla de ella, incluso comprando seguros de vida, como si en verdad fuesen a librarse de ella. No, ¡nunca podrás librarte!, porque es lo único seguro en tu existencia.
Desde la antigüedad se piensa la muerte: se piensan los contrarios, se piensa la finitud, se piensa la inmortalidad del alma y se piensa qué es lo permanente. Y para ello, existen bastas respuestas, pues algunos nos dicen que no morimos completamente, otros que somos seres finitos entre muchas cosas.
Heráclito nos decía que sin los contrarios, la vida no sería posible, pues son los que a su vez se complementan para dar ese algo, esa unidad, que nosotros llamamos vida: ¿Qué sería de la vida sin la muerte y de la muerte sin vida? Anteriormente, los órfico-pitagóricos nos decían que la muerte hace que el alma sea liberada de la cárcel del cuerpo, que es esa finitud de la especie, de la materia. De aquí que posteriormente, Platón, nos embriague y nos endulce el oído con la inmortalidad del alma y nos hace pensar que la humanidad, en alma, no es finita y que podemos ser realmente eternos sí somos almas que tendemos al Bien, si tenemos un alma Bella y si realmente hemos conservado lo más preciado: el alma.
Y el temor no se hizo esperar con la llegada del Cristianismo, pues el que muere, es porque Dios así lo quiso, el que muere es el que no merece, lo más preciado, la vida. De aquí es que surgen los temores que todavía en la actualidad aparecen como viles fantasmas rodeándonos y atormentándonos la existencia misma y que no nos permiten estar. Sí, me incluyo porque viví mucho tiempo con estos fantasmas, queriendo evadirlos, no pensando en ellos, evadiéndolos pensando en mi futuro, como si la vida ya la hubiese comprado, como si fuese un producto el cual puede adquirirse en cualquier tienda o departamento de vidas:
– Compre una vida, dichosa, feliz, sin preocupaciones, sin problemas. Llévese una Vida perfecta, diseñada sólo para usted; ¡ah! y lo mejor de todo… ¡es eterna!, lleva póliza de garantía por un año, ¡qué no le digan!, ¡qué no le cuenten! Llévese su Vida a un precio inigualable. – Suena tentador, ¿no? Ésas eran las palabras que deseaba escuchar en algún momento de mi existencia, cuando aquélla me quitaba a un ser querido, a un ser que jamás hubiese querido que faltara en mi círculo. Y ahora, creo que muchos desearían escuchar a ese merolico, encontrarse esa oferta en un supermercado e irse a comprar una. Sin embargo, para desdicha de muchos, el Capitalismo no ha llegado a negociar con la gran empresa que es dueña de todo el mundo, la cual no invierte capital, sino que invierte cuerpos, desechos, gusanos y podredumbre: la Muerte.
¡Ah!, y también no podemos dejar atrás al aliado y gran amigo de la Muerte, el Tiempo. Es éste el que siempre le pasa la factura de cada individuo a la hora de su hora, es otro que, al igual que la Muerte, es inmortal. Ambos conspiran en contra de la vida y a su vez, le ayudan a sobrevivir. Sobre éste, San Agustín nos dice que, el tiempo es una invención del hombre, pues cómo éste no aspira a la eternidad, tiene que justificar su paso transitorio, y qué mejor que eso, lo que los mortales llamamos: Tiempo.
Tiempo es eso que el reloj mide, que el humano vive, que los mortales cuentan con temor, esos instantes que transcurren y que no regresan, pero que nunca se mueve, que sigue ahí, que el tiempo es esa eternidad que aunque el hombre muere, éste permanece. Hay personas que dicen: -Tiempo, ¡eso es lo que me falta!-, pero el tiempo nunca se extingue, ¡oh, mortales!, pues para su sorpresa el tiempo es ese permanecer que el humano hace que transcurra, pues el único que camina hacia lo inevitable es él, no el tiempo.
El tiempo sobra y la muerte llega, acaso no se dan cuenta qué la muerte llega cuando menos te lo esperas, cuando menos lo predices, cuando menos lo piensas.
La muerte llega cuando el tiempo es preciso, cuando el tiempo otorga oportunidad para que esta te arranque el último suspiro, el último parpadeo, el último latido. Tiempo y muerte son dos cómplices de cometer esa acción que nos hace llorar a los que, sin esperanzas, seguimos en la línea del tiempo esperando ser devorados por la Parca. A la muerte le damos vida con todo: con nuestros pensamientos, miedos, fobias, temores, alegrías y tristezas. Ésta se manifiesta de muchas formas: accidente, homicidio, suicidio, secuestro, asalto, penuria, depresión, alegría, enojo, tranquilidad; la muerte está presente en todo y a todo momento, nadie puede salir vivo, ni el alma misma.
Sí, Platón no tenia razón al decirnos en Fedón que el alma era inmortal, que ésta se liberaba y era lo que nos hacia de alguna manera ser “inmortales” hasta cierto punto. Para empezar si el alma es incorpórea: ¿por qué va a estar atrapada en nuestro cuerpo?, ¿no se supone que lo inmaterial es la negación de la materia?, ¿Platón de verdad pensaba vernos la cara de tontos al hacernos creer tan semejante utopía? Lo sé, es bonito pensar metafísicamente, pero eso al igual que lo anterior nos lleva a un solo punto: evadir a la muerte, y como dijimos antes, el hecho de no querer saber o buscar pretextos no implica su desaparición.
Sí, al parecer San Agustín tenía razón, en sus Confesiones, el tiempo es una invención del hombre para tener un registro de la vida. – ¡Qué ilusos somos, caray!, ¡qué ridiculeces las que hacemos: medirlo, decirnos y repetirnos que no tenemos tiempo y basar nuestra vida en el pasado y en el futuro y no vivir en lo que somos hoy!, ¡Dejemos de pensar en ayer y mañana! –
La muerte nace contigo y te lleva consigo toda tu vida; es hora de que los humanos pasionales lo entiendan y dejen de lloriquear y de tener miedo, pues a ésta también se le utiliza como arma de manipulación ante: el poder, la mafia y hasta para quitar los obstáculos de su camino. ¿Por qué te digo esto?, ¡Ah!, por la sencilla razón de que te des cuenta que la muerte es la más poderosa personalidad en la existencia humana. Basta recordar la masacre de Tlatelolco, pues dar la muerte sirvió al poder para callar a jóvenes inconformes y para quitar los obstáculos del camino. Y ahora, tenemos el mejor escenario de la muerte, la masacre entre unos y otros en la mafia. Sí, la mafia es una de las muchas que le rinden culto a la muerte con sus enemigos, pues además de que los quitan del camino, se benefician de la muerte de cada uno de ellos. La mafia podría ser el instrumento perfecto de la Muerte para lograr su cometido. Sin embargo, a veces el Tiempo no es su mejor amigo, pues interviene en la escena, quedando inconcluso ese ritual que la mafia ofrenda a la Muerte.
No queda de más, decir que también existen personas que se ofrecen a la Muerte por la simple razón de sentir que no valen nada, que la vida es inútil o simplemente porque les va mal en la feria de la vida. ¡Éstas son las personas más cobardes que pueden existir! Sí, pues son los más cobardes entre los cobardes, son aquellos que pareciese que quieren encarar a la Muerte, pero evaden la vida, y cuando el Tiempo no se pone de su lado vienen los reclamos, las incertidumbres, los enojos y los odios. ¡Entiendan de una vez, que la muerte llega con el tiempo y qué éste es el que elige el momento preciso de tu finitud!
Sin más reflexión, por el momento, dejaré de aturdirte no sin antes pedirte, ¡por favor!, ¡deja de evadir la realidad!, pues la Muerte es lo único seguro que tienes, ¡no tienes salvación!, ¡no hay cielo!, ¡no hay infierno!, ¡déjate de tonterías!, ¡no asegures tu vida!, sé realista y vive aceptando la fría y cruda realidad de la vida: ¡enfréntate! El tiempo no es tu aliado, sino que es el que te acompaña, junto con la muerte, para elegir, entre ellos, ese momento en el que llegará la hora de tu hora.
Atentamente,
La pequeña voz de tu interior: La Conciencia.
NOTAS
[1] Primer trabajo parcial referente a la primera unidad del curso de Estética: “Filosofía y Literatura”.BIBLIOGRAFÍA
*** LITERATURA***
Borbolla, Óscar de la, “Monólogo de la muerte” en Filosofía para inconformes, México, Random House Mondadori, 2010.
Borges, Jorge Luis, “La muerte y la brújula” en Ficciones, España, Alianza, 2009.
*** FILOSOFÍA***
* Conrado Eggers Lan, “Heráclito” en Los filósofos presocráticos vol. I, Madrid, Gredos, 2008.
* __________________, “Los pitagóricos” en Los filósofos presocráticos vol. I, Madrid, Gredos, 2008.
* Comte-Sponvielle, André, “La muerte” en Invitación a la filosofía, Barcelona, Paidós, 2000.
*____________________, “El tiempo” en Invitación a la filosofía, Barcelona, Paidós, 2000.
* Platón, “Fedón” en Diálogos Vol. III, trad. E. Lledo Íñigo, Madrid, Gredos, 2008
* San Agustín, “Capítulo X Libro XI” en Confesiones, México, Porrúa, 2008.
lunes, 16 de abril de 2012
“Dos visiones de la formación griega: desde la mímesis práxeos”
Hola chic@s aquí les dejo la ponencia que presentamos dentro del XI Coloquio de Letras Clásicas de la UNAM. el día 16 de abril del 2012 en el Salón de Actos de la Fac. de Filosofía y Letras.
Debido a que no hubo oportunidad de responder dudas de los asistentes, les comparto la ponencia completa para que la lean con calma, pues resumimos a grandes razgos nuestro trabajo... Saludos.
“Dos visiones de la formación
griega: desde la mímesis práxeos”
Ponentes:
Pineda García Thelma Zuleyma
Martínez Mejía Kitzia
Resumen (Abstract)
El objetivo principal de nuestro trabajo es
presentar cómo es que nosotras interpretamos que se da un cambio significativo
de formación ética y política entre dos épocas diferentes: arcaica y clásica.
Para ello presentamos un análisis, guiado por Poética y Ética Nicomáquea
de Aristóteles, de una obra épica que es considerada un gran poema: Ilíada, además de hacer una transición de costumbres
entre los hombres a partir de: Los
trabajos y los días, y por una obra maestra de la época clásica: Edipo Rey.
Introducción
¿Podemos hablar de un éthos desde la mímesis práxeos
que se encuentra plasmado en la literatura arcaica y clásica? Ésa es la
cuestión de la presente ponencia, en la cual, presentamos nuestro análisis: un contraste
significativo en la formación ética y política de la época arcaica y clásica.
Éste parte de una obra épica: Ilíada,
con una pequeña transición con Los
trabajos y los días y una tragedia clásica: Edipo Rey. ¿Qué es lo que se puede rescatar de estas tres obras
literarias de gran importancia histórica?
Por otra parte, ¿de dónde tomamos el término: mímesis práxeos?, ¿Qué debemos entender
por esto? Estas cuestiones las esbozaremos desde el análisis hecho por
Aristóteles en Poética y Ética Nicomáquea, las cuales seguiremos
como base teórica para hacer dicho contraste.
Primera
parte: El éthos desde la mímesis práxeos
I.I
-. Poética: la noción de mímesis práxeos
¿Cómo debemos entender la noción de la mímesis?
Debemos tener en cuenta que el término mímesis viene del griego mίmhsiV, que viene del verbo mimέomai. El primero es un
sustantivo, por lo que toma dos definiciones dentro de Grecia: imitación y
representación; mientras que el segundo se avoca hacia la acción de imitar
algo, pues recordemos que éste es un verbo.
Lo que nos parece muy interesante sobre
la mímesis es que: “desde la época arcaica […] se concibe [a ésta] como una totalidad compuesta de elementos que
representan miméticamente un orden externo […] y que, en virtud del modo en que
se produce tal representación, generan placer y admiración.”[1]
Se debe tener en cuenta que: “la antigua
noción de mímesis [referida la mayoría de las veces como] ‘imitación’, hace
referencia no sólo a los procedimientos […] de la poesía, de las artes
figurativas y de la música, sino también a la mímica vocal y orquestal, al
recitado escénico, a la adopción de comportamientos considerados como
ejemplares y también al vínculo entre los nombres y las cosas; a la relación
entre el ser y el devenir e incluso a la contemplación de las Formas ideales.”[2]
Debemos también tomar en cuenta el
tratamiento sobre este término que sostienen Platón y Aristóteles por separado,
pues es de suma importancia debido a que el segundo trata de enmendar lo que el
primero hace con el término en cuanto al arte poético.
Para Platón la mímesis tiene dos
enfoques: el primero se refiere al que se somete el Mundo de las Ideas con el
Mundo Sensible[3], es decir que la
fundamentación de lo sensible se da a través de lo inteligible; en cuanto al
segundo, es considerado copia de la copia, es decir, que no posee verdad, pues
nos dice que de lo sensible no se puede imitar nada más que copiar de lo ya
establecido, es por eso que el arte para Platón no posee verdad y pide la
expulsión de los poetas de su proyecto de República, pues los considera una
especie de sofistas.[4]
Incluso el mismo Platón se expresa así
de Homero:
Pero en cuanto a los
asuntos más bellos e importantes de los que Homero se propone hablar, relativos
a la guerra y al oficio del general, al gobierno de los Estados y a la
educación del hombre, tal vez sea justo preguntarle inquisitivamente:
<<Querido Homero, si no es cierto que respecto a la excelencia seas el
tercero contado a partir de la verdad , ni que seas un artesano de imágenes
como el que hemos definido como imitador, sino que eres el segundo y capaz de
conocer cuáles ocupaciones tornan mejores a los hombres y cuáles peores en
privado y en público, dinos: ¿cuál Estado fue el mejor gobernado gracias a ti
[…]>>?[5]
Platón nos dice que el artista es aquel
que hace simulacros, mal fundamentados de la realidad, tal es el caso del poeta
y del pintor[6], que están lejos de la
verdad; Aristóteles nos dice que el arte es una creación que ejemplifica el
mundo en el que se vive y cómo es y debe ser. Con ello, se hace referencia a la mímesis que hace la tragedia; según
Aristóteles, esto forja el carácter que los individuos deben tener. Cabe hacer
mención a que la comedia hace una mímesis de las cosas más viles y negativas de
los hombres, mientras que la tragedia imita a los mejores: los hombres
deseables y buenos. Por lo que ésta es la que debe ser digna de imitación[7].
En cuanto a la mímesis, abordada por
Aristóteles, a comparación de Platón, le da un trato diferente, pues la mímesis
va más allá de lo que se puede artificiar, esto es, tiene una repercusión mayor
que sólo imitar una cama. Para Aristóteles la
mímesis es de la acción, pues en Poética
nos dice que lo que hace la tragedia y la comedia es la mímesis de la acción de los hombres en tanto a que si son buenos y
destacados por sus acciones, ellos deben de tender a imitar éstas y si hacen
cosas en perjuicio de los demás, no deben hacer ese tipo de acciones.[8]
Para Aristóteles la mímesis de la acción implica más que sólo imitación, es decir,
lleva consigo una carga moral y ética junto con una educación, pues recordemos
que en Grecia la carga moral y ética era intermitente en la formación de un
carácter (éthos) y que aspiraban tanto a ser los mejores como los más bellos y
buenos. Pues, en sí, la belleza para ellos era esa mezcla de la belleza física
con la del alma buena.
Pero, ¿qué debemos entender por éthos?,
¿el carácter se forma mediante la practicidad? Analicemos estas interrogantes a
partir de la Ética Nicomáquea y Ética
Eudemia.
I.2 Ética Nicomáquea: éthos y su vinculación
con la areté
La noción éthos en Aristóteles, a
nuestro ver, tiene mucha relevancia e incluso lleva implícito un vínculo con la
mímesis praxéos, pues el carácter, que es lo que entiende Aristóteles por
êthos, está formado por imitar las acciones buenas de los hombres eficientes y
de acción que tiende al bien[9].
Recordemos que el término viene del griego
ἔθος
(ἔθw) que literalmente significa: costumbre, hábito.
Aristóteles distingue a ἔθος de ἦθος, que es al que se refiere en sus Éticas por
carácter[10], pues
interpretamos que para él ἦθος significa el conjunto de hábitos y buenas costumbres que son ideales
para formar hombres que tienden al bien.
En la Ética Eudemia nos dice: “[…] puesto que
el carácter, como lo indica su nombre, recibe su crecimiento del hábito [ἦθος], gracias a numerosos
movimientos de un cierto tipo, un hábito no innato en nosotros resulta,
finalmente, educado para obrar en un sentido […].”[11]
¿Cuál es el sentido en el que se debe obrar? Según la Ética Nicomáquea, nos dice que “el carácter debe estar de alguna
manera predispuesto para la virtud amando lo que es noble y teniendo aversión a
lo vergonzoso”[12]. ¿Qué
entendemos por virtud (ἀρετή)?
Aristóteles en la Ética Nicomáquea, al final de su libro
primero, nos dice que debemos llamar a la virtud como modos de ser elogiables[13],
por lo que si son modos de ser, entonces son acciones que tienden al bien y, en tanto que lo son,
éstas deben ser imitadas, esto es a lo que se refiere Aristóteles con la mímesis de la acción. Para Aristóteles la virtud es ética porque ésta
puede irse perfeccionando con la práctica de las acciones buenas que conducen
hacia el bien.[14]
El bien para
Aristóteles es el hábito del hombre en la vida buena y la práctica de la misma,
ya que las virtudes vienen del carácter, más no de la intelecto. Por lo que la
propuesta de la ética de Aristóteles va encaminada en hacer a los hombres de
excelencia en la medida de sus acciones dentro de la vida buena.
Debemos recordar que
también hace referencia a la vida en función del hombre diciendo que ésta: “es
una cierta vida, y […] es una actividad del alma [que actúa a partir de] unas acciones razonables, [que tienden al
bien y en cuanto éste se realiza] es una actividad del alma de acuerdo con la
virtud […].”[15]
Por lo tanto, nosotras
interpretamos, a partir de lo ya explicado, que las virtudes para Aristóteles
son las acciones que son dignas de imitación y que tienen un efecto positivo
tanto social como para sí mismos, puesto que son modos de ser del hombre. Cabe
resaltar que los vicios son también causa de hábito, pero éste tiene una carga
negativa social y personalmente. Es por ello que, en Poética expone que las acciones dignas de imitarse son las que se
exponen en la representación trágica.
I.2.1. La justicia: uno de
los valores que debe imitarse
Siguiendo nuestro análisis en la Ética Nicomáquea, definimos el valor,
según Aristóteles, como las acciones que nos encaminan hacia la virtud,
entendiendo ésta como modos de ser que se ejecutan a partir de un término
medio, es decir sin exceso ni defecto siempre se debe optar por este punto
medio que es el regulado por la recta razón. Para ello nos dice que el valor
cívico, el cual incluye a la valentía, es el más parecido al verdadero valor
porque, el que lo practique, siempre se expondrá al peligro para evitar los
castigos establecidos por las leyes para obtener honor.[16]
La valentía, nos dice Aristóteles, es la que hace que las personas obren a
causa de la nobleza[17],
por lo que siempre estarán de lado de la justicia.
Pero, ¿qué es la justicia (δικαιοσύνης)
para
Aristóteles? En su libro quinto hace una especie de especificaciones sobre ella
de la siguiente manera: “[…] es un modo de ser por lo cual uno está dispuesto a
practicar lo que es justo, a obrar justamente y a querer lo justo”[18]. Cabe hacer mención que Aristóteles no concibe
como igual la justicia y lo justo (δικαίων),
pues la justicia es la virtud completa y lo justo es la acción de practicar la
virtud, pues nos dice: “se entiende por justo al que observa la ley y también
el que es equitativo”[19]
con la impartición de dicha acción. Éste no debe de beneficiarse de ella, sino
que usa la virtud de la justicia para con el otro, el que la necesita, y que a
su vez, si él se encuentra culpable debe actuar conforme a la justicia.[20]
Por lo que, Aristóteles dice que: “la justicia presupone personas cuyas
relaciones están reguladas por una ley, y la ley se aplica a situaciones en las
que es posible la injusticia, pues la justicia es el discernimiento entre lo
justo y lo injusto.”[21]
En resumen, la justicia es una virtud que pretende
ser la observadora y reguladora de las acciones, que a su vez, éstas llevan
siempre un fin (teloV) y si éste tiende al bien, es
decir que cumple la función de discernir entre lo que debe y no debe ser, se
está llevando a cabo la justicia. Ahora veamos cómo es que la formación arcaica
y la clásica, a pesar de que conservan este valor, tienen puntos en común y
también en contraposición, pues el tratamiento tanto de la mímesis práxeos como el concepto de virtud va perfeccionándose.
Segunda
parte: Entre dos épocas...
II.
1 Epopeya
y tragedia
Haciendo una breve comparación de estas dos formas
literarias, diremos que la dos son iguales en cuanto a que tratan
imitativamente de reproducir los actos de los virtuosos por medio de la métrica,
pero diferenciándose en que la primera
se vale del hexámetro y de una forma narrativa para decir las cosas, además que
cuenta con una mayor extensión y trata de remembrar las hazañas de los héroes, en las fiestas de los reyes
para que se hable de la gloriosa estirpe a la que pertenecen, para que éstas no
se olviden. La
tragedia, por su parte, trata de ser concisa, pues lleva un mensaje inmerso en
ella: la cuestión de ser ideologizante y moralizadora
Para Aristóteles, la tragedia parte de un mýthos[22]
y de una kátharsis, es decir, parte
primeramente de una previa aparición en el mundo y consecutivamente de una
“purificación”, en tanto que expresa lo que en algún momento se tiene en mente.
Pero ello no quiere decir que el poeta no pueda tener poíesis, pues en tanto
vuelve a presentar lo ya presentado, en su manera de volverlo a re-presentar,
hay una poiesis, pues dice Aristóteles: “Desde un cierto punto de vista, pues,
Homero y Sófocles serían imitadores del mismo tipo, pues ambos reproducen
imitando a los mejores y, desde otro, lo serían Homero y Aristófanes, puesto
que ambos imitan y reproducen a hombres en acción y en eficiencia”. [23]
Para la tragedia se habrá de decir: “El mito poético,
para el artista, es una visión más honda de la realidad; es exactamente, según
la expresión de Aristóteles, ‘Una imitación de la naturaleza’, de la naturaleza
total, física y metafísica”[24].
La tragedia, al producirse dentro de la celebración de
las Dionisiacas[25], trataba de lograr una purificación. Por lo tanto,
estas obras, al estar realizadas por humanos y al estar estrechamente ligadas a
la religión, hacían que el pueblo se sintiera identificado con los personajes y,
al llegar al llanto, lograban esta catarsis. De aquí que la tragedia se usara
como un recurso moralizador donde la gente veía que infligir las leyes morales
o sagradas eran señal de un castigo.
II. 2 Época arcaica
Para el mayor entendimiento de ésta época, es
necesario comprender que cuando hablamos de “Grecia”, término que acuñaron los
romanos para designar a los pueblos de oriente con características similares, nos
referimos en realidad a la Hélade, pues es así como se conocía entre estos
pueblos tal región. Nos referimos a diferentes pueblos que eran pequeñas
organizaciones y que tenían una diversidad dialectal, política y social.
La historia de toda la Grecia arcaica está constituida
por una serie de descubrimientos que dejaron ver el realismo y el lado
fantástico que se escondía detrás de la literatura misma. Para poder entender
mejor esta parte de la historia, hablaremos de diversas personas por las que,
gracias a su pasión, hoy podemos hablar de una época arcaica en la Antigua
Grecia. La misma gente de esta época conocía, a través de los mitos que se
transmitían de manera oral, los sucesos del pasado de la Hélade. Sin embargo,
nada de ello era completamente cierto, pues, a finales del siglo XIX y
principios del XX, algunos descubrimientos arqueológicos dieron cierta
veracidad a los mitos orales, empezando con el alemán Heinrich Schliemann, que descubrió
Troya y el Peloponeso; en seguida, Arthur Evans, de nacionalidad británica, con
el descubrimiento del palacio de Minos y, finalmente, Michael Ventris y John
Chadwick, que descifraron la escritura lineal B. Con estos descubrimientos sólo
se reconstruye un poco de la tradición griega, pero sin duda mucho de los
reyes, de su manera de organización política y social todavía queda en la
oscuridad.
Para este punto de la historia, existen dos grandes representantes que con su
literatura nos han ayudado a reconstruir el carácter de las sociedades
arcaicas: Homero y Hesíodo, quienes serán nuestro siguiente punto de análisis.
II. 2. 1 Ilíada
En la Ilíada
de Homero, epopeya heroica, encontramos las celebraciones de hazañas dignas de
recordar para los griegos. Representa una estirpe de héroes, la cual queda
lejana para las generaciones futuras; en esta obra todo es juzgado conforme a
los actos heroicos[26].
Esta tradición corresponde a los siglos XIII y XII a.
C.
Dentro de esta obra se encuentra la concepción de ver
al hombre que se ocupa de las grandes proezas y es amenazado por los destinos
inevitables. A pesar de esto, se busca la gloria[27].
II.
2. 2 Los trabajos y los días
Esta sociedad homérica llegó a su fin y, con ello, los
héroes pasaron a ser simples servidores de la tierra y, para la educación de
éstos, Hesíodo en Los trabajos y los días
—manual
dedicado a Perses, su hermano— logra resaltar la importancia que tiene en esta
sociedad el trabajo, la buena administración y las relaciones sociales.
Da atractivos consejos morales y destaca lo
fundamental del valor de la justicia, “pero Hesíodo sabe bien que hay un Zeus
todo poderoso, cuyos tres mil guardias inmortales vigilan a los humanos, y
castigarán a cuantos se atrevan a violar la justicia”[28].
Hesíodo resalta el folklore y lo tradicional de una Grecia posterior a Homero.
II.2 Época clásica: Edipo Rey
La Grecia Clásica
representa el punto álgido en la
que surgen todas las manifestaciones de arte, estudio filosófico, relaciones
políticas y sociales que, hasta nuestros días, son modelos a seguir o que, por
lo menos, se pretenden imitar.
En ésta época, hallamos en pleno esplendor a la ciudad
más representativa de toda la Hélade: Atenas, la cual es la cuna del teatro y,
con él, el nacimiento de la tragedia y
la comedia, expresiones literarias más representativas del mundo griego, con
ellas se buscará la divulgación de los valores y la política de la Atenas
demócrata.
Una de las tragedias más elogiadas por Aristóteles es
precisamente Edipo Rey por tener en
ella todo lo que se pretendía que una obra trágica debía de tener y que diera
todos los mensajes imprescindibles para la educación ateniense. Es éste el
momento más prolífico para las artes, la arquitectura y la filosofía, pero
además, se vive una estabilidad económica y política como jamás se volverá a
ver en la Grecia posterior.
En estas tres obras encontramos de manera constante
uno de los valores más elogiados por esta sociedad: la justicia.
En la Ilíada,
la hallamos en los pasajes en que Briseida es arrebatada a Aquiles por
Agamenón, a pesar de que las mejores dotes
eran siempre para éste último, él sin oír palabras de Néstor, se lleva a
Briseida. Por lo tanto, Aquiles se niega a pelear[29] y después,
a modo de justicia, la mujer le es devuelta al Pelida, pues Agamenón busca que
éste regrese a la batalla y así ganar. Hablándonos del mismo valor, pero
expresándolo de una manera totalmente diferente, lo encontramos en Hesíodo.
Éste comienza su escrito con la fábula
del halcón y el ruiseñor, la cual, precisa, es para los reyes, pues son ellos,
según Hesíodo, los que por excelencia son injustos. En seguida pasa a dar el
consejo: “¡Oh, Perses! Atiende tú a la justicia y no alimentes soberbia; pues
mala es la soberbia para un hombre de baja condición”[30]. Y,
haciendo completo hincapié, le hace ver
que los hombres que se dan al justo proceder no serán jamás presa del
hambre, todo se les dará en sus tierras
y tendrán paz. Por su parte, Sófocles nos muestra, en Edipo Rey, otra concepción de la justicia; aquí Edipo acusa a
Creonte de sobornar a Tiresias para que lo acusara de la muerte de Layo. A
causa de lo cual, Edipo se enfada sobremanera y decide que Creonte debe ser
sacado de la región. Sin embargo, éste le pide que no sea injusto, que él no ha
tenido nada que ver con los vaticinios del adivino, pero Edipo más le increpa y
le pide se retire[31];
después el desdichado Edipo, avergonzado por la injuria falsa que le hizo a
éste, le pide que lo deje irse, que lo destierre para no ver los males que no
escuchó habrían de llegarle y que pensó
habían sido trama del mismo Creonte.
II.
3 Contrastes entre las dos épocas:
valor, virtud y justicia
En la
concepción de la Ilíada y en Edipo Rey encontramos que la injusticia
de los reyes los lleva a la desdicha. Agamenón perdió parte de su ejército, se
vio obligado a regresar a Briseida para que Aquiles retomara la batalla,
mientras que Edipo no pudo escapar de su destino. Es de notar que en esta tragedia
encontramos la ofensa a Tiresias, quien servía de enlace con Apolo y la
humanidad, por tanto, al verse ofendido entendemos que hubo una ofensa al dios,
cosa que Hesíodo, menciona que esto será castigado, pues se pide respeto a las
divinidades. El verdadero cambio lo encontramos en Hesíodo, pues éste vincula
la idea de justicia con un verdadero quehacer laboral, social y religioso,
mientras más exista una balanza de estas tres cosas, mejor será la vida del
humano. Aunque no está por demás decir que el autor de Los trabajos y los días, ya
desde esta obra, condena a los reyes, pues él cree que son los primeros en
violar la justicia y, por tanto, en su consejo, dedica partes importantes para
darles a entender que ellos, por tener en sus manos a las ciudades, deben ser
más cautelosos con sus acciones.
En la forma del castigo encontramos que por entero el
que ejecuta tal acción es siempre el
dios (esto es algo que tienen en común las tres obras) y que las obras de
malvados las carga a veces toda una ciudad[32],
cosa que pasa en la Ilíada con Paris,
quien por quedarse con Helena y las riquezas, no le importaba que Troya cayera.
En estas tres obras se representa muy bien la
visión griega del ser justo para aquél que cumplía con los márgenes establecido
para cada época.
III. CONCLUSIONES
Claro es de
notar, que uno de los más acercados a la concepción de justicia de la cuál
parte Aristóteles es Hesíodo, sin embargo, cada una de las obras trato de
forjar un ἔθος, y en el
caso específico de la Ilíada, también ella trato más de la formación de un ἦθος. Es así como estas obras en base a la mímesis práxeos, atiende a la formación
de un carácter y también en la formación de las costumbres, pues da a conocer a
personajes dignos de imitar y de los cuales se debe de aprender, para no
cometer los mismos errores y así sobresalir de la sociedad en decadencia. Este
punto, que aunque fuera de tono, no hay que dejar pasar. Debemos mirar que
entre Hesíodo y Sófocles, también hubo cierto rasgo de similitud.
Como vemos en Los trabajos y los días,
el autor reprocha los caminos que no llevan a la justicia, diciendo:
“Preferible el camino que, en otra dirección, conduce hacia el recto proceder;
la justicia termina prevaleciendo sobre la violencia, y el necio aprende con el
sufrimiento”[33], y vemos
como se cumplen tales castigos en el
insensato de Creonte, en la Antígona
de Sófocles, cuando éste, por faltar
a las leyes de los dioses, condena a Antígona y por el dolor de su muerte, su hijo se suicida y la madre al saber esto,
no soporta el dolor y se arranca la vida.
Sin duda Grecia, ha sido una civilización que nos ha
dejado muchos preceptos que hemos tratado de seguir para el correcto
funcionamiento de algunas artes, sin temor a equivocarnos, vemos que es el
modelo perfecto de vida occidental, en cuanto política, educación y sistemas
sociales.
En la
literatura actual, se ha perdido esta cuestión moralizante que a la antigua
Grecia caracterizaba y estaba bien marcada. Sin embargo, aún existe esta lectura
ideologizante que nos marca a qué nivel económico y cultural pertenecemos.
Por otra
parte, que no debemos olvidar, se ha ido haciendo un monopolio de la justicia,
pues cada vez son menos los que enseñan con el ejemplo, claro está que estos
serán los que más tarde serán dignos de
ser admirados, y sin duda serán estandarte para algunos que nos resistimos a
perder este bello valor. Desgraciadamente, es de lamentar y hasta cierto punto
de indignar que nuestro sistema que se dice de justicia, no opere con el
ejemplo, dado que ellos se benefician del mismo para evadir la ley. Entonces
¿serán dignos de imitarse?
Otro punto
crítico, actualmente, es que nuestra sociedad ha perdido, de igual manera, la
magia del teatro, que tenía esa finalidad de provocar una purificación y que ha
pasado a ser completamente sustituida por la música. El teatro, actualmente, ha
pasado a ser expresión en segundo plano, es decir, ya no tiene influencia en
éstos ese efecto moralizador que influía el carácter de los ciudadanos, ahora
pareceré que está lleno de clichés, pues recordemos que nuestra sociedad no
frecuenta a este por muchas razones. No obstante, es de destacar que cada una
de estas artes representa muy bien el estado y el gobierno en el que vivimos y
volviendo a ellos podríamos re-pensar nuestra sociedad.
Sin duda,
somos un país en donde los lectores, las humanidades y las artes son una
especie en peligro de extinción y por desgracia la decadencia en la educación y
el triste manejo de las dependencias del gobierno en materia de educación e
impartición de justicia han influido en el incremento de la ignorancia,
enajenación y la separación de las artes y todo ello que nos hace ser humanos,
que es la razón y la creación.
BIBLIOGRAFÍA
CITADA
·
Aristóteles,
Ética Eudemia, trad. Julio Pallí
Bonet, Madrid, Gredos, 1985.
________, Ética Nicomáquea, trad. Julio Pallí Bonet, Madrid, Gredos, 1985.
________, Poética, trad. Juan
David García Bacca. México: UNAM. 2011.
·
Bowra, C.M., La
literatura griega trad. Alfonso Reyes, Fondo de Cultura Económica, 1948.
·
Hesíodo, “Los trabajos y los días” en Obras y fragmentos, trad. Aurelio Pérez
Jiménez, Madrid, Gredos, 1978.
·
Homero, La
Ilíada, trad. Emilio Crespo .Madrid: Gredos. 1991.
·
Lombardo, Giovanni. La estética antigua, trad. Francisco Campillo. Madrid: Visor. 2008.
·
Platón, “Timeo” en Diálogos,
Tomo VI, trad. Francisco Lisi, Madrid, Gredos, 2008
_____, “República Libro X” en Diálogos,
Tomo IV, trad. Conrado Eggers Lan, Madrid, Gredos, 2008.
·
Sófocles, Edipo
Rey, trad. Assela Alamillo. Madrid: Gredos. 2007.
·
Touchard Pierre-Aimé, Apología del teatro, trad. E. Madrid Diez, Buenos Aires, Compañía
General Fabril, 1961.
REFERENCIA ELECTRÓNICA
R.
Crane, Georgy (ed.) Perseus Digital
Library en:
http://www.perseus.tufts.edu/hopper/searchresults?q=Aristotle (Consultado: sábado 31 de marzo
del 2012)
[1] Giovanni Lombardo, La estética antigua, p. 19-20.
[2] Ibidem.; También: Cf.
Juan David García Bacca, “Introducción a la Poética” en Aristóteles, Poética, p. XXVIII.
[3] Cf. Platón, “Timeo” en Diálogos Tomo VI 41a-d.
[4] Cf. Platón, “República X” en Diálogos Tomo IV, 596b –c, 597 b, d-e.
[5] Id., 599
c-e
[6] Cf.
Id., 596b –c, 597 b, d-e.
[7] Cf. Aristóteles Poética, 1448 a 5-10
[8] Cf. Id., 1448 a 20-23
[9] Aristóteles, Ética Nicomáquea, 1103 a 25-30
[10] Cfr. Aristotle, “Eduemian
Éthics” en Georgy R. Crane (ed.) Perseus
Digital Library, 1220 b. http://www.perseus.tufts.edu/hopper/text?doc=Perseus%3Atext%3A1999.01.0049%3Abook%3D2%3Asection%3D1220b
[11] Aristoteles, Ética Eudémia, 122b 1-5; Cfr. Ética Nicomáquea 1179 b 21-30.
[12] Id., Ética Nicomáquea 1179 b 30-32.
[13] Id., 1102b 37
[14] Id., 1105b-1106b-30
[15] Id., 1098a12-19
[16] Id.,
1116 a20
[17] Id.,1116 b31
[18]Id., 1129 a 6-8
[19]Id., 1129 b.
[20]
Cf. Id., 1130 a 8-11.
[21] Id., 1134 a 30.
[22] Entendiéndolo como una especie
de trama, pues creemos que en la
tragedia se abarca el tema de la formación de un éthos (entendiéndolo como
carácter) a partir de la carga moral que
ésta nos muestra y que es digna
de imitarse, El mýthos, debe entenderse como un plan que los dioses sugirieron para el hombre y de ahí
la formación de un carácter.
[23] Aristóteles, Poética, 1448 a 25-28.
[24] Touchard Pierre-Aimé, “Moral
y religión” en Apología del teatro,
p.67.
[25] Fiestas dedicadas al dios
Dionisios, en estas reuniones se permitía beber el vino viejo, que provocaba,
la embriaguez del pueblo, lo que terminaba siendo orgias, pues el sexo estaba vinculado
con esta purificación, en donde se
liberaban los deseos más reprimidos del ser humano llegando así a la kάqarsiV.
[26] Homero, Ilíada. III. 21-76.
[27] Idem. XVIII. 120-123.
[28] Bowra, C.M., “Homero y Hesíodo”
en La
literatura griega, p. 34.
[29] Cf. Id.
I. 130-427.
[30] Hesíodo, Los
trabajos y los días. vr. 213-215.
[31]
Sófocles, Edipo Rey. vr. 300-679.
[32]Cf. Idem.
vr. 240-243.
[33] Id. vr. 217-219.
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